Em artigo publicado pelo Instituto Cato, Carlos Rodríguez Braun afirma que, sob a ideologia esquerdista, o feminismo que antes reclamava liberdade e portas abertas, hoje reivindica o contrário:
Este
titular de El País atrajo hace un tiempo mi atención: “Charlize Theron,
una estrella que lucha por la igualdad”. Ante mi alegría, comprobé que
la actriz sudafricana parecía apostar por el liberalismo: “Somos tan
buenas como los hombres. Podemos hacer el mismo trabajo o incluso
mejor”.
Esta
clave del feminismo liberal es importante. Las ideas liberales y el
progreso técnico del capitalismo han logrado esa conquista, que para
concretarse solo necesita las puertas abiertas de la competencia, y la
igualdad liberal, es decir, la igualdad ante la ley.
La
izquierda contemporánea adulteró el feminismo y lo convirtió en una
caricatura, porque el feminismo de izquierdas (“bonita”, que diría
Carmen Calvo) acaba con la igualdad ante la ley e instaura la igualdad
antiliberal, es decir, la igualdad mediante la ley. Y así como antes el
feminismo reclamaba libertad y puertas abiertas, ahora el
pseudoprogresismo insiste en lo contrario. Ahora parece que las mujeres
no pueden salir adelante sin ministerios, burocracias, discriminación,
subvenciones y cuotas.
Comprenderá
usted mi alegría al leer las palabras de Charlize Theron. Pero, a
continuación, su discurso cambió y se ajustó a los cánones habituales,
porque resultó claro que ella, como tantos líderes políticamente
correctos, es liberal para ella, pero no para las demás. Esto es
frecuente. Rara vez se topará usted con una mujer destacada en su
profesión y que defienda las cuotas para ella, pero a menudo las
defenderá para las demás –lo vimos hace poco en el caso de Cuca Gamarra.
La señora Theron razona en esa línea: “Yo tengo la suerte de disfrutar
de una posición en la que puedo escoger lo que hago. Pero en la
industria en la que me muevo las hay que no disfrutan de ese lujo, que
no se pueden plantar porque tienen familias que alimentar. Y los
productores [saben] que siempre habrá otra chica esperando una
oportunidad. Y eso es con lo que tenemos que acabar”.
Es
una idea generalizada pero falaz. Por supuesto que pocas personas
podrán alcanzar la fama y la fortuna de las estrellas. Pero el hecho de
que el resto del mundo padezcamos más restricciones de todo tipo –y, por
ejemplo, no podamos darnos el lujo de rechazar los empleos a los
podamos acceder– no significa que debamos padecer recortes en nuestra
libertad.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 3 de julio de 2021.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
Nenhum comentário:
Postar um comentário