Uma peça do chamado "Tesouro de Vindelev", encontrado na Dinamarca, remonta em 150 anos a primeira evidência escrita sobre a deidade mais importante da mitologia nórdica. David Barreira para El Cultural:
En
un pequeño pueblo danés llamado Vindelev, un joven detectorista de
metales desenterró hace un par de años un extraordinario conjunto de una
veintena de objetos de oro datados en el siglo V d.C. Los
investigadores, que excavaron después el lugar del hallazgo
y lo relacionaron con una estructura donde probablemente fue enterrado
un hombre importante, bautizaron a todas estas piezas —varios medallones
ornamentales, monedas romanas y otras joyas— como "el tesoro más
grande, rico y hermoso de la historia de Dinamarca". Fue un hallazgo
sorprendente cuyo estudio a fondo acaba de proporcionar un nuevo
sobresalto histórico.
Uno
de los bracteatos —finos discos de oro que servían como adornos de la
élite— del conjunto escondía la inscripción más antigua conocida sobre
el dios Odín. Este descubrimiento, según han explicado los
investigadores del Museo Nacional de Dinamarca, permite situar la
primera evidencia sólida sobre el culto del dios más importante de la
mitología nórdica en el siglo V, un momento bastante anterior al inicio de la época vikinga
y unos 150 años antes de la que hasta el momento era la prueba más
antigua, un broche encontrado en un yacimiento en Nordendorf, Alemania, y
datado en la segunda mitad del siglo VI.
En
la mencionada pieza se puede leer la frase "es el hombre de Odín" en
referencia un rey o señor desconocido, cuyo nombre (o apodo) puede haber
sido "Jaga" o "Jagaz". Las fuentes no dicen nada de este personaje,
pero los científicos daneses creen que fue alguien relevante por la gran cantidad de oro
del conjunto, que pudo haber sido sepultado hace unos 1.500 años como
ocultamiento ante un ataque enemigo o como ofrenda a los dioses. La
inscripción documentada en el bracteato tiene 34 runas.
"Es
la primera vez en la historia del mundo que se menciona el nombre de
Odín", ha explicado la runóloga Lisbeth Imer. "Esto significa que la
mitología nórdica puede remontarse ahora hasta principios del siglo V.
Esto hace que el tesoro de Vindelev sea aún más espectacular. Desde los
cuernos de oro, nunca se habían visto runas tan bien realizadas y un
texto tan largo. Puede que nos ayude a entender otras inscripciones
rúnicas prehistóricas que todavía no hemos sido capaces de descifrar".
Krister
Vasshus, especialista en la historia de las lenguas antiguas en
Escandinavia, ha señalado que "este tipo de inscripción es
extremadamente rara": "Es un gran avance, un descubrimiento increíble,
que nos brinda nuevos y fundamentales conocimientos sobre la historia de
Dinamarca para matizarla y reescribirla". El investigador ha matizado
que pese a ser el primer registro escrito sobre Odín, eso no significa
que su culto empezase en el siglo V. Existen indicios de su presencia
como deidad conceptual desde bastante antes.
La
inscripción ha sido difícil de descifrar porque el bracteato está
bastante desgastado y en algunos tramos las runas casi han desparecido.
El texto fue escrito sin espacios entre las palabras. "En general,
encontramos inscripciones rúnicas cortas con un contenido bastante
comprensible, pero esta vez el texto es largo y consiste casi en su
totalidad en palabras nuevas. Eso hizo que fuera extremadamente difícil
de interpretar", ha detallado Vasshus.
Krister Vasshus y Lisbeth Imer con el bracteato de la inscripción de Odín. John Fhær Engedal Nissen Museo Nacional de Dinamarca
En
el norte de Europa se han hallado unos mil bracteatos, de los que más
de 200 contenían inscripciones. La mayoría de ellas, sin embargo, no
tienen sentido lingüístico y cuentan con muy poco espacio por la mayor
presencia de imágenes. Las runas, explican desde el Museo Nacional de
Dinamarca, tienen unos 2-3 milímetros de altura y conforman palabras
breves y sagradas.
La utilidad científica de este hallazgo
ya ha sido comprobada. El "tesoro de Vindelev" contiene otro disco
ornamental con una inscripción que es una copia del de Odín, realizada
por alguien con escasos conocimientos en runas ya que la mayoría
aparecen distorsionadas. Lo llamativo es que este bracteato tiene un
gemelo: una pieza hallada en 1852 en las afueras de la ciudad de Odense.
Ha estado expuesta en el Museo Nacional de Dinamarca durante casi dos
sin que su texto fuese descifrado... hasta ahora.
Postado há 1 week ago por Orlando Tambosi
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