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Um estudo analisa cinco membros da cultura Yamnaya achados na Romênia, Hungria e Bulgária, com diferentes patologias associadas à prática da equitação. David Barreira para El Cultural:
El
hombre tenía unos 30 o 40 años y medía 165 centímetros. Fue sepultado
entre 2879 y 2633 a.C. en un kurgan, un túmulo funerario característico
de la cultura a la que pertenecía, la de los yamnayas, las poblaciones
de pastores de las estepas del este de Europa.
Los arqueólogos han desenterrado su esqueleto bien conservado en la
localidad rumana de Strejnicu, en el distrito de Prahova, al norte de
Bucarest. Pero al analizar con detalle los huesos descubrieron
evidencias de distintos trauma físicos: alteraciones en la forma
redondeada de la cadera, piernas arqueadas, lesiones en el fémur,
desviaciones en la columna vertebral por un impacto vertical repetido o
la evidencia de una fractura curada en el sacro, probablemente producida
por una caída.
Según un estudio publicado este viernes en la revista Science Advances,
este pastor yamnaya es uno de los primeros jinetes de la historia. Un
equipo internacional de investigadores acaba de presentar los resultados
de los análisis de los restos óseos de cinco individuos pertenecientes a
esta tribu esteparia y que fueron inhumados entre hace 5.000 y 4.500
años en túmulos localizados en las actuales Rumanía, Hungría y Bulgaria.
Todos ellos presentan variaciones en la morfología de sus huesos y
distintas patologías asociadas a la práctica de la equitación.
Estos
hallazgos rellenan un vacío importante entre la primera evidencia de
domesticación del caballo como fuente de alimentos —carne y leche—,
documentada en una cultura que habitó en el norte del actual Kazajistán
hace unos 5.500 años, y el uso más antiguo de carros tirados por estos
animales hace aproximadamente 4.000 años. Los primeros testimonios
figurativos de la equitación conducen a Mesopotamia hacia 2000 a.C.,
mientras que en Babilonia, unos siglos más tarde, ya se encuentran
descripciones literarias sobre esta actividad en los textos cuneiformes.
Individuo hallado en Strejnicu y mapa de la migración de los yamnayas.
La
adopción del caballo para recorrer largas distancias propició un fuerte
impulso a la historia humana al acelerar la exploración, el comercio y
la guerra. Sin embargo, hasta ahora permanecía difuso el momento en el
que ocurrió por primera vez esta transición. El registro arqueológico
ha arrojado muy pocas evidencias de embocaduras, correas u otro
equipamiento para montar; además, la escasez de esqueletos de caballos
domesticados bien conservados ha obstaculizado el análisis del estrés
físico al que fueron sometidos los animales y que podría confirmar su
uso como montura.
Los
investigadores han estudiado más de dos centenares de cuerpos
identificados en 39 yacimientos, de los que unos 150 pertenecieron a la
cultura yamnaya. Los resultados de 24 de los individuos calificados como
"posibles jinetes" de este amplio conjunto son detallados en el
artículo científico, de los que nueve presentan al menos cuatro de las
seis evidencias de lo que se ha denominado "síndrome del jinete"; es
decir, alteraciones en los huesos por cabalgar de forma habitual. El
sujeto hallado en Strejnicu es el único que presenta la media docena de
patologías.
"La
equitación parece que se desarrolló poco después de la domesticación de
los caballos en las estepas de Eurasia occidental durante el IV milenio
a.C. Ya era una práctica bastante común entre los miembros de la
cultura yamnaya entre los años 3000 y 2500 a.C.", explica Volker Heyd,
profesor de Arqueología en la Universidad de Helsinki y uno de los
principales autores del artículo junto a su compañero Martin Trautmann.
Estos resultados vienen a confirmar la gran movilidad que se le ha
atribuido a una cultura que llegó hasta la Península Ibérica
y que entre los años 2400 y 2000 a.C., durante la Edad del Bronce,
sustituyó al linaje neolítico masculino predominante hasta entonces.
Intercambio cultural
No
obstante, los investigadores aseguran que este descubrimiento podría
quedar desfasado pronto. Una tumba en Hungría datada hacia el año 4300
a.C. y que por el ajuar se ha asociado con un migrante de las estepas ha
revelado otro individuo con las seis patologías. "Un caso aislado no
puede apoyar una conclusión firme, pero en las necrópolis neolíticas de
esa era en las estepas se depositaron ocasionalmente restos de caballos,
junto a los de vacas y ovejas, en enterramientos humanos,
donde también se encuentran mazas de piedra con forma de cabezas de
caballos. Está claro que tenemos que aplicar este método a muestras más
antiguas", destaca David Anthony, profesor emérito del Hartwick College
(Estados Unidos).
También
queda por resolver otra cuestión relevante: cuál fue la principal
finalidad de montar a caballo para estas poblaciones. ¿Poner en marcha
un pastoreo más efectivo y móvil? ¿Como medio para realizar incursiones
en otros territorios más rápidas y de gran alcance? ¿O quizás como
símbolo de estatus?
Uno de los 'kurgan' excavados en Bulgaria.
Las
regiones al oeste del Mar Negro constituyen una zona de contacto donde
pastores yamnayas se encontraron por primera vez con las comunidades
agrícolas del Neolítico. Durante mucho tiempo se ha considerado que esta
expansión occidental a principios de la Edad del Bronce de las
poblaciones esteparias del sureste de Europa fue una invasión violenta.
Sin embargo, los estudios de ADN antiguo están desvelando un escenario bastante diferente.
"Nuestra
investigación está comenzando a proporcionar una imagen más matizada de
estas interacciones. Por ejemplo, los anunciados hallazgos de violencia
física son prácticamente inexistentes en el registro óseo hasta el
momento", explica Bianca Preda-Bălănică, otra de las antropólogas de la
Universidad de Helsinki. "También estamos empezando a comprender los
complejos procesos de intercambio en la cultura material y las
costumbres funerarias entre los recién llegados y los locales en los 200
años posteriores a su primer contacto".
Postado há 3 days ago por Orlando Tambosi
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