Em artigo para o Instituto Cato, Carlos Rodríguez Braun afirma que essa usurpação acabou por desnaturalizar seus importantes componentes liberais:
Hemos
pasado del caricaturesco bolero – "Una mujer debe ser/Soñadora coqueta y
ardiente"– al desconcierto del debate a tres de RTVE, en el que nadie
fue capaz de definir qué es una mujer. Con su habitual brillantez,
Rebeca Argudo habló en La Razón de "una secuencia digna de una mala
película de enredos: dar una respuesta u otra podría suponer molestar a
un colectivo (el de las feministas clásicas) o a otro (el del
transactivismo). Y, en la recta final de la campaña electoral, podría
suponer jugarse unos buenos votos. O, quizá, es que verdaderamente son
incapaces de definir lo que es una mujer".
La
usurpación del feminismo por parte de la izquierda ha terminado por
desnaturalizar sus importantes componente liberales, anulando la
biología y confundiendo los sexos en un dislate político y sociológico.
Theodore Dalrymple recordó en Law & Liberty cómo una revista
científica recibió en 2017 un artículo titulado "El pene conceptual como
un constructo social", que los autores, que pretendían ridiculizar
dicha confusión, con argumentos tales como que dicho pene "es el eje
impulsor conceptual de gran parte del cambio climático", lograron que
fuera publicado. Ha habido otros ejemplos de intentos parecidos.
Todo
esto, siendo ridículo, es también siniestro. Rebeca Argudo cita a la
feminista Mimunt Hamido: "Diluir el concepto mujer diciendo que somos un
constructo social, viene mejor a todo este progrerío woke que repite
como un mantra que el sexo se asigna al nacer". Y añade Argudo: "Cuando
una mentira tan obvia se repite mil veces y además desde las
instituciones, la gente en la calle la compra como verdad absoluta. Lo
están consiguiendo".
Lo
ilustró la escritora Bibiana Collado Cabrera, a quien entrevistó
Fernando Navarro en El País, subrayando con admiración que "tiene un
discurso claro y certero para referirse a la desigualdad de clase". La
pensadora, autora del libro Yeguas exhaustas, donde recuerda que las
mujeres, como los demás seres humanos y constructos sociales, suelen
llegar a casa agotadas después de trabajar, proclamó: "El gran éxito de
nuestra sociedad capitalista es que se nos olvide la diferencia cuando
sigue estando". Considerando que peroraba desde el periódico generalista
de mayor difusión de España, y recordando que la corrección política,
en ese medio y en muchos otros, machaca sin cesar sobre brechas y
diferencias, yo diría que ese supuesto empeño de la sociedad capitalista
o es un camelo o ha fracasado.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 27 de agosto de 2023.
Postado há 1 week ago por Orlando Tambosi

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