Orwell foi sequestrado pelos que o reduzem a "orwelliano", critica Ricardo Duda em artigo publicado por Letras Libres:
George
Orwell ha hecho mucho daño. O, más que él, sus intérpretes más
fundamentalistas. Es un autor imprescindible, y sus ensayos sobre los
totalitarismos, el colonialismo británico, los crímenes del comunismo, o
sus consejos de escritura y reflexiones sobre la lengua inglesa todavía
son importantes décadas después de su muerte. Pero ha sido secuestrado
por quienes lo reducen a “orwelliano”. Es un adjetivo que olvida su obra
ensayística y lo identifica exclusivamente con su distopía 1984. Se ha
convertido en un cliché e incluso en un arma ideológica. La derecha
abusa de él para criticar los neologismos, la “neolengua” y la
corrección política de la izquierda. La izquierda, por su parte, para
criticar la sociedad de la vigilancia y los excesos de la tecnología.
Se
usa indiscriminadamente y de manera exagerada: para algunos, un
eufemismo cualquiera es un ejemplo de neolengua y la imposición de una
nueva ortodoxia, para otros una cámara de vigilancia es una muestra de
que nos vigila el Gran Hermano. Orwell es ya de dominio público, y eso
significa que es lo que tú quieres que sea. Es un autor que se ha
malinterpretado y simplificado, y que se ha usado como un oráculo a
pesar de que sus predicciones más catastróficas no se cumplieron. Se le
ha atribuido una clarividencia de manera retroactiva para justificar
conspiraciones delirantes: para algunos de los más críticos con la
corrección política, esta se ha convertido en una especie de
totalitarismo posmoderno que demuestra, una vez más, que Orwell tenía
razón.
La
derecha siempre se ha apropiado de Orwell, y especialmente de 1984.
Aunque es un libro inspirado por el estalinismo, es una crítica general a
los totalitarismos. En 1949, el periódico Daily News publicó un
editorial en el que afirmaba que 1984 era un ataque contra el laborismo
británico. Orwell respondió: “Mi reciente novela no tiene la intención
de atacar al socialismo ni al Partido Laborista británico (del que soy
partidario), sino que pretende mostrar las perversiones de las que es
capaz una economía centralizada, las cuales en parte ya se han hecho
realidad bajo el comunismo y el fascismo… La acción del libro se sitúa
en Gran Bretaña con el objetivo de subrayar que las razas de habla
inglesa no son de forma innata mejores que cualquier otra raza, y que el
totalitarismo, si no se le combate, podría triunfar en cualquier
parte.”
A
Orwell, como demuestra por ejemplo en su texto “La política y la lengua
inglesa” o en 1984, le preocupaba el estado de la lengua, y
especialmente los excesos retóricos y la creación de neologismos y
eufemismos para ocultar la realidad. Creía que el lenguaje político
estaba “diseñado para que las mentiras suenen a verdad y los asesinatos
parezcan algo respetable; para dar aspecto de solidez a lo que es puro
humo.” Su reivindicación de un lenguaje claro era moral y una denuncia
de la neolengua de los totalitarismos. En Por qué es importante Orwell
(Página Indómita), Christopher Hitchens escribe que Orwell sigue siendo
contemporáneo por “su punto de vista sobre la importancia del lenguaje,
que anticipó mucho de lo que ahora debatimos bajo la rúbrica de la
cháchara psicológica, los discursos burocráticos y la ‘corrección
política’”. Pero difícilmente Orwell se habría colocado junto a los que
se autodenominan “políticamente incorrectos”, que usan al autor inglés
como argumento de autoridad o incluso como etiqueta o meme, siempre
junto a conceptos como “neolengua”, “pensamiento único” o “policía del
pensamiento”.
Los
autodenominados políticamente incorrectos han encontrado en Orwell una
mina de citas para demostrar su superioridad. Muchas ni siquiera son
suyas, pero se le atribuyen. Una de ellas es “En una época de engaño
universal, decir la verdad es un acto revolucionario”(no está demostrado
que lo dijera Orwell). Si uno hace una búsqueda en internet, verá que
se usa para justificar absolutamente todo, y en muchas ocasiones
barbaridades. Es una frase que normalmente significa: si no te gusta, es
porque tengo razón. ¿Por qué la gente se ofende cuando digo estas
“verdades como puños”? Precisamente porque son revolucionarias: esto que
digo solo lo conozco yo, y quizá unos pocos más, y he de mostrarla al
mundo. Otra gran frase convertida en cliché, esta sí de Orwell, es “ver
lo que uno tiene delante de las narices precisa una lucha constante”. En
este caso, una frase que Orwell usa para defender la humildad del
observador que busca ser imparcial se acaba usando como una muestra de
superioridad y condescendencia: todavía no has alcanzado la verdad, pero
sigue esforzándote. Otra: “Una noticia es aquello que alguien no quiere
que se publique. El resto es propaganda.” (Tampoco está probado que sea
de Orwell.) Es una frase que manipulan muchos periodistas: si te
molesta, es periodismo. Es un blindaje fantástico, y responde a la misma
actitud que las demás frases: las verdades duelen, lo que se
reinterpreta como que para ser verdad, tiene necesariamente que doler.
Decir la verdad es igual a decir algo ofensivo, y está justificado por
su urgencia moral: siempre vivimos, de un modo u otro, tiempos de
mentiras y decadencia. Son frases narcisistas, que sirven solo para la
autoconfirmación.
Los
populistas incorrectos han convertido la defensa de un lenguaje
sencillo de Orwell, y su crítica al lenguaje burocratizado y acartonado
de la política, en una defensa del lenguaje demagógico, populista, lleno
de simplificaciones y frivolidades, en nombre de la “incorrección
política”. El “hablar claro” de estos incorrectos no es una defensa de
la claridad de lenguaje y pensamiento, sino una excusa para decir lo que
“no se puede decir”, es decir, aquello que la sociedad ya no ve como
aceptable. Orwell tenía posturas cuestionables sobre los judíos, las
mujeres y los homosexuales. Muchas de ellas las compartía con la
izquierda de la época. Pero siempre intentaba no dejarse llevar por las
bajas pasiones y la irracionalidad. Como escribe Christopher Hitchens,
Orwell “se tomaba continuamente la temperatura y, si el termómetro
indicaba que esta era demasiado alta o demasiado baja, adoptaba medidas
para corregirla”.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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