Artigo do economista
Walter Williams, publicado por Libertad.org, desmonta a falaciosa
argumentação de que as tecnologias roubarão os empregos:
Un artículo reciente
en el periódico The Guardian lleva el siguiente premonitorio título:
“Los robots destruirán nuestros trabajos — y no estamos listos para
eso”.
El artículo afirma
que: “Por cada trabajo creado por la automatización robótica, varios más
serán eliminados por completo. … Este trastorno tendrá un impacto
devastador en nuestra fuerza laboral”.
Y según un artículo
en el MIT Technology Review, los investigadores empresariales Erik
Brynjolfsson y Andrew McAfee creen que el rápido cambio tecnológico ha
estado destruyendo empleos más rápidamente de lo que los está creando,
contribuyendo así al estancamiento de los ingresos medios y al
crecimiento de la desigualdad en Estados Unidos.
Si la tecnología está
destruyendo puestos de trabajo más rápido de lo que los está creando,
sería la primera vez en la historia humana que lo hace. En realidad, la
cantidad de empleos no tiene límites por la sencilla razón de que las
necesidades humanas no tienen límites — o a menudo no revelan sus
límites.
La gente siempre
quiere más de algo que acabará creando un empleo para alguien. Sugerir
que hay un número finito de trabajos comete un error conocido como la “falacia de la escasez de trabajo” o la falacia de suma cero.
Según esta falacia,
cuando la automatización o la tecnología elimina un trabajo, no queda
nada que la gente quiera y que por tanto cree un empleo para la persona
desplazada por la automatización. En otras palabras, según la falacia,
todos los deseos humanos han quedado satisfechos y no hay más.
Veamos algunos ejemplos que desmontan esta falacia.
En 1790, los
granjeros representaban el 90% de la fuerza laboral de Estados Unidos.
Para 1900, sólo alrededor del 41% de la fuerza laboral trabajaba en la
agricultura. Hoy, menos del 3% de los americanos trabaja en la
agricultura.
Y eso es bueno. Si el
90% o el 41% de nuestra fuerza laboral todavía estuviera empleada en la
agricultura, ¿en qué parte del mundo encontraríamos mano de obra para
producir todos esos otros bienes y servicios que no existían en 1790 o
1900, como automóviles, aviones, televisores, computadoras,
portaaviones, etc.? De hecho, si la tecnología no hubiera destruido
todos esos trabajos agrícolas, seríamos una nación mucho, muchísimo más
pobre.
¿Qué pasa entonces
con lo que dicen acerca de que nuestros trabajos manufactureros se van a
la China? Eso es algo que está presionando a la administración Trump a
imponer barreras comerciales. Si bien es cierto que entre 2001 y 2013,
3.2 millones de empleos fueron subcontratados a China, en el mismo lapso
de tiempo, China perdió alrededor de 4.5 millones de empleos
manufactureros, en comparación con la pérdida de 3.1 millones en Estados
Unidos.
La pérdida de empleos
es la tendencia entre los 10 principales países manufactureros, que
producen el 75% de la producción manufacturera mundial (Estados Unidos,
Japón, Alemania, China, Gran Bretaña, Francia, Italia, Corea del Sur,
Canadá y México). Sólo Italia ha conseguido no perder empleos en la
manufactura desde el año 2000. No obstante, Estados Unidos sigue siendo
un gigante de la manufactura mundial.
Debido a la
automatización, el trabajador de Estados Unidos es ahora tres veces más
productivo que en 1980 y dos veces más productivo que en el año 2000. Lo
que hemos avanzado en productividad explica mejor la pérdida de empleos
en el sector manufacturero que una descripción en términos de
subcontratación e importación.
Si el sector
manufacturero de Estados Unidos fuese una economía independiente y
tuviera su propio producto interno bruto (PIB), sería el séptimo más
grande del mundo. El valor manufacturero total podría llegar a los $5.5
billones. En otras palabras, alrededor del 17% de la actividad
manufacturera global ocurre en Estados Unidos y Estados Unidos domina la
manufactura avanzada.
Según Alliance for
American Manufacturing (Alianza por la Manufactura Americana) el sector
manufacturero de Estados Unidos da trabajo a un gran porcentaje de
trabajadores capacitados en campos relacionados con ciencias,
tecnología, ingeniería y matemáticas. Emplea al 37% de trabajadores en
arquitectura e ingeniería y al 16% de los científicos especializados en
ciencias biológicas, físicas y sociales.
El economista Joseph Schumpeter
describió este proceso de cambio tecnológico y lo denominó “destrucción
creativa”. La tecnología y la innovación destruyen algunos empleos al
tiempo que crean otros muchos.
Según la Oficina de
Estadísticas Laborales (BLS), la fuerza laboral de Estados Unidos en
1950 era de 62 millones. Para el año 2000, ya era de 79 millones y se
proyecta que llegará a 192 millones para el año 2050.
Aunque el proceso de
“destrucción creativa” provoca dificultades para ciertas personas ya que
pierden sus trabajos y se ven obligadas a aceptar otros trabajos menos
remunerados, cualquier intento de impedir este proceso nos hará salir
perdiendo a todos.
© DailySignal (Versión en inglés) | © Libertad.org (Versión en español)
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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