Trata-se de pequenos, mas significativos casos de reação, testemunho de um terrível passado de humanidades e outras formas de obscurantismo. Satírico texto de Daniel Gascón, publicado por Letras Libres:
Como
es bien sabido, sucesivos gobiernos de progreso lograron eliminar la
filosofía de los planes de estudios españoles y acabar con la presencia
de esta engorrosa materia que ocupaba las horas de los jóvenes y
entorpecía su transformación en personas idóneamente capacitadas para
afrontar los retos del mundo actual. En esto los sucesivos gobiernos de
progreso fueron algo menos exitosos que en otros de sus planes, como la
abolición de la prostitución, la derogación de la reforma laboral, la
paz mundial y el tren a Extremadura, todos ellos objetivos alcanzados
plenamente, como sabe cualquiera que haya cursado las versiones
curriculares propias de la asignatura Memoria Histórica Plurinacional,
bienvenida corrección de materias reaccionarias como Historia de España e
Historia del mundo contemporáneo.
Toda
persona informada sabe que, como mostró el CIS, fue una decisión libre
que los extremeños prefiriesen no tener un ferrocarril más rápido y que
ese dinero se destinase a sufragar infraestructuras en Cataluña, que en
ese tiempo formaba parte del Estado, en un momento en el que el Estado
todavía existía (aunque sobre el particular hay cierto debate). A
diferencia de lo que ocurrió con esos logros inapelables, el plan de
sustitución de las asignaturas de filosofía por Pensamiento Crítico, que
busca “Fortalecer el optimismo, la resiliencia, la autoeficacia y la
búsqueda de objetivos de forma autónoma para hacer eficaz su
aprendizaje”, encontró algunas resistencias, como sucedió con algunos de
los proyectos innovadores del gobierno. A veces da la sensación de que
algunas de las personas antes llamadas españolas no merecen un gobierno
de progreso. Estos tropiezos no deberían distraernos del hecho
fundamental: fue un logro admirable. Se trata de pequeños pero
significativos casos de reacción, testimonio de un terrible pasado de
humanidades y otras formas de oscurantismo.
En
algunas zonas remotas, en áreas ocupadas por inmensas centrales
eólicas, fauna mutante de tamaño medio y desarrapados ancianos que
encadenaron una serie de trabajos episódicos a comienzos del siglo XXI,
ciertos grupos de exalumnos rebeldes recuerdan viejas enseñanzas
heréticas. Así, algunos reproducen pinturas que representan violaciones
en directo y una visión estereotípica de los géneros, sobre todo de la
época que, por sintetizar, hemos dado en llamar Binarismo Sexual. En
ocasiones se aventuran clandestinamente en ciudades amuralladas de
manera tan discreta como eficiente a través de restricciones de tráfico y
regulaciones del mercado inmobiliario.
Se
ha sabido que algunos estudiantes de arte intercambiaban
clandestinamente tratados sobre historia de la pintura o de la
escultura, o se ha podido detectar en sus trabajos de curso el influjo
de obras heteropatriarcales y eurocéntricas. Naturalmente, esos alumnos
son reeducados, con una empatía que no excluye la firmeza, pero sin
descuidar el objetivo de detener y desarticular las mafias que
distribuyen entre nuestros jóvenes, aprovechando su inocencia, a menudo
–nos tememos– en la misma puerta de los centros educativos. En otros
casos, se han visto en regiones la Gran Reserva Energética Interior,
antes conocida como España Vaciada, extraños diagramas en los campos
abandonados, que más tarde descubrimos que son fragmentos de análisis
sintáctico. En la pared de un molino de Soria se encontró grabada una
enumeración de los usos del “se”. El ministerio envió un equipo del
Colectivo de Artistas Independientes –al fin funcionarios tras años de
admirable lucha– que sustituyó la explicación sintáctica por un precioso
dibujo que enfatiza lo bonito que es comunicarse. Todo aquello que
llamaban conocimiento –corrientes artísticas, el argumento ontológico,
la transposición sintáctica, la tabla de los elementos– era un conjunto
de obstáculos destinados a entorpecer la verdadera educación. Si bien
esos grupos, como he dicho, eran pequeños y prácticamente
insignificantes, se convino en crear un equipo de Especialistas en
Desviaciones Educativas que debían vigilar y en la medida de lo posible
impedir el tráfico de esas mercancías. Asesorados por un enigmático
comité de expertos y guiados por el conocimiento experto de un grupo de
politólogos, periodistas y cuentacuentos, su objetivo era la detección
de contenidos físicos o digitales. Estos contenidos viajaban en un
estado que no sabíamos calificar de adulteración (como las sustancias
alucinógenas en otros tiempos), desgaste (como tantos documentos) o
mensaje cifrado (lo que parecía más probable).
Esa
tarea de detección y captura requería a seres personas leales. Entre
ellos había algunos que tenían cierta familiaridad con los mensajes que
debían detectar. También había otros que eran más bien entusiastas,
zelotes, convencidos. Yo era uno de ellos cuando me enviaron y cuando
encontré mi primer mensaje en clave, escrito con tinta invisible en una
Guía de Lenguaje Inclusivo:
Solo sé que no sé nadar.
Etílica a Nicómano.
Coito ergo sum.
Cogito ergo SIM.
Cítrica de la razón práctica.
La lechuga de Minerva levanta el vuelo al crepúsculo.
La religión es el Orio del pueblo.
Marx Weber.
El sentimiento trágico de la viuda.
Yo soy yo y Miss Circunstancias.
La Ser y la Nada.
Decíamos, Ayer.
Helvética para Amador.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
Nenhum comentário:
Postar um comentário