A robotização é a
oportunidade de um futuro melhor para todos. Que os malditos socialistas
de todos os partidos não nos privem dela. Artigo de Diego Barceló
Larran, publicado no site Libertad.org:
Cuando se habla de la
robotización, hay un enfoque convencional demasiado extendido. En
primer lugar, se admiten sus ventajas evidentes. Por ejemplo, los robots
pueden realizar ciertas tareas con una precisión imposible para el
hombre (como cirugías complejas). Luego, se advierte que “la
automatización puede conducir al desastre” y se insiste en asustar a la
gente con un “futuro sin empleo”. El final es el mismo con el que suelen
acabar las recomendaciones de los socialistas de todos los partidos:
pidiendo más impuestos y regulaciones.
La visión
convencional sobre la robotización es contradictoria: al mismo tiempo
que se ponderan sus ventajas, se propone desincentivar su utilización
con penalizaciones tales como un impuesto extra sobre los beneficios o
más cotizaciones a la Seguridad Social.
La historia desmiente
que el avance de la tecnología implique un aumento del desempleo. Desde
comienzos del siglo XIX, cuando artesanos ingleses destruían telares y
máquinas de hilar para defender sus empleos, hasta ahora, la población
de Inglaterra se multiplicó por más de siete, desde 8 hasta casi 60
millones de personas. Desde entonces, la tecnología avanzó más allá de
lo que cualquiera hubiera podido imaginar. No solo se eliminaron los
empleos de aquellos artesanos, sino también los de muchísimos otros
trabajadores. Incluso hubo algunos que surgieron por una nueva
tecnología que un avance posterior suprimió (un caso es el de las
operadoras telefónicas). Pese a ello, Inglaterra está hoy en pleno
empleo, con una tasa de paro inferior al 5%.
El caso inglés no es
el único. Muchos otros países tecnológicamente avanzados disfrutan en la
actualidad de pleno empleo. Desde Estados Unidos hasta Japón, pasando
por Singapur, Corea del Sur, Alemania, Suiza y Noruega. Pese a esta
evidencia, se insiste en seguir asustando a la gente con un futuro de
desempleo alto y permanente por culpa de la robotización.
Que esto ocurra no es
casualidad. Es algo perfectamente lógico. Cada avance tecnológico
supone un ahorro de costes que permite a las empresas ser rentables aun
con precios de venta más bajos. Los menores precios generan ahorros en
los consumidores que, por lo tanto, tienen un dinero extra para gastar
en otras mercancías y servicios. La demanda incrementada de esas otras
mercancías y servicios conduce a la creación de nuevos empleos que (más
que) compensan los puestos suprimidos por la tecnología. Mientras los
gobiernos no lo impidan con más trabas, impuestos y regulaciones, este
mecanismo no tiene por qué dejar de funcionar en el futuro.
Es evidente que el
avance de la robotización va a exigir cambios en la sociedad. Eso deberá
tener su reflejo en las normas que regulan nuestras vidas. Por ejemplo,
las normas de tráfico tendrán que adaptarse a la paulatina
generalización de los vehículos autónomos. Es probable que el cambio
tecnológico sea aún más veloz que hasta ahora, por lo que tendrán que
reforzarse las herramientas para que los trabajadores desplazados puedan
capacitarse para los nuevos empleos.
Ninguna de las
dificultades previsibles por el aumento de la robotización debe hacernos
perder de vista lo esencial: la oportunidad de un futuro de mayor
prosperidad para todos. Que los socialistas de todos los partidos no nos
priven de ella.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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