Os
palestinos, queridinhos das esquerdas desde os atentados terroristas do
falecido Yasser Arafat - e que preconizam a extinção de Israel -,
tiveram laços com Hitler. Artigo do historiador Wolfgang G. Schwanitz, publicado por ElMedio:
En abril, la Biblioteca Nacional de Israel
publicó en su blog un artículo sobre el telegrama perdido de Heinrich
Himmler al gran muftí de Jerusalén, Haj Amín al Huseini. Frente a lo que
se suele afirmar, que la Alemania nazi no apoyaba la independencia
árabe y la erradicación del incipiente Estado judío, yo sostengo que sí
lo hizo.
En el
26º aniversario de la Declaración Balfour, Himmler expresó sus mejores
deseos ante el “mitin de protesta” que iba a celebrar el muftí en
Berlín. El acto se utilizó para condenar la Declaración Balfour y
rechazar el establecimiento de un Estado judío. Por supuesto, ese apoyo
público a Huseini habría sido imposible sin el consentimiento de Adolf
Hitler. De hecho, Hitler y el muftí habían fraguado un pacto genocida
contra los judíos en 1941.
El telegrama de Himmler decía lo siguiente:
Al gran muftí Amín al Huseini:
El Movimiento Nacionalsocialista del Gran Reich alemán ha enarbolado desde su advenimiento la bandera de la lucha contra la judería mundial. Por tanto, siempre ha observado atentamente la lucha de los árabes amantes de la libertad, sobre todo en Palestina, contra los intrusos judíos. El reconocimiento de este enemigo y la lucha conjunta contra él son la sólida base de la alianza natural entre la Gran Alemania Nacionalsocialista y los musulmanes amantes de la libertad del mundo entero. Con este espíritu, le transmito, en el aniversario de la ignominiosa Declaración Balfour, mis más afectuosos saludos y deseos para la materialización exitosa de su lucha hasta la certera victoria final.
Heinrich Himmler, Reichsfuhrer-SS.
Himmler
envió el cable el 2 de noviembre de 1943. En él, confirmaba a Huseini la
simpatía oficial del movimiento nazi hacia los árabes amantes de la
libertad, sobre todo en Palestina, contra la judería mundial. En
realidad, siempre hubo reciprocidad, porque Oriente Medio también moldeó
a los jóvenes nazis. Muchos de ellos combatieron allí como oficiales en
el bando otomano, y fueron después comandantes en la Segunda Guerra Mundial.
Además,
Himmler señaló a los judíos como el enemigo conjunto de los pueblos
alemán y árabe; llamaba a los judíos, precisamente, “enemigos comunes”.
El mitin
de protesta se celebró ante el Ministerio de la Luftwaffe de Herman
Göring. Esto significa que Huseini tenía buenas conexiones con los tres
jerarcas nazis de mayor rango. ¿Por qué Göring? En febrero de 1943, el
muftí invirtió 920.000 dólares en acciones de siete grandes empresas
alemanas. Con el consentimiento de Hitler, Göring gestionó los fondos
como fideicomisario. Si Berlín hubiese ganado la guerra, Huseini habría
sido el rico líder de un Gran Imperio Árabe respaldado por los nazis.
Aquel
día, el muftí no fue el único invitado árabe en la oficina del jefe de
la Luftwaffe, cerca de la Puerta de Brandeburgo. Escuchando su discurso
se encontraba Alí al Gailani, expremier de Irak, que había encabezado un
fallido golpe antibritánico en su país. A mediados de 1941,
Gailani y el muftí habían lanzado el pogromo de Al Farhud, en el propio
Irak, como “modelo de trato a los judíos”. Hitler apoyó la iniciativa, y
la utilizó como distracción para su subsiguiente guerra contra Rusia.
Himmler
decía en el cable que la “lucha conjunta contra los intrusos judíos” se
basaba en la alianza natural de la Gran Alemania con las regiones
islámicas. Asimismo, trataba a Huseini comoel líder palestino, árabe y
musulmán. El jerarca nazi encontraba similitudes entre el
nacionalsocialismo alemán y el nacionalislamismo palestino, que por su
parte contradecía una teoría sobre el islamismo, de 1917, que abogaba por el establecimiento de una sola, globalHermandad Musulmana.
En sus
tratos con la Alemania nazi, Huseini ya había obtenido lo que quería: un
programa radiofónico que apoyaba la independencia árabe, el freno nazi a
la inmigración judía a Oriente Medio y una carta secreta, de 1942, en
la que Berlín, Roma, Gailani y él mismo acordaban laliquidación de los
judíos de Palestina. Pero entonces el muftí quiso el reconocimiento
público de la “alianza natural” entre el nazismo y el islamismo. Desde 1937,
había hecho llegar cuatro borradores clave de dicho texto a los nazis.
El séptimo párrafo siempre decía lo mismo: es ilegal el establecimiento
de un hogar nacional judío. Incluso cuando, en mayo de 1943, las
potencias del Eje habían sido expulsadas de Oriente Medio, el muftí les
instó a destruir a los judíos de Palestina.
El muftí se reunió con Himmler el 4 de julio de 1943,
en el cuartel de campaña de este último. Pasaron el día con hombres de
las SS, todos ellos cazajudíos notorios. Dos años antes, los judíos
locales habían sido asesinados por comandos de las SS. Huseini saludó
después su reunión con Himmler diciendo que había sido una base sólida
de confianza mutua.
En ese
día de verano, Himmler le dijo al muftí que Alemania ya había matado a
tres millones de judíos. También le confió otros altos secretos, como la
investigación nuclear alemana. Himmler le contó al muftí que, en tres
años, Berlín tendría un arma nuclear que le aseguraría la “victoria
definitiva”. La expresión “victoria definitiva” fue cambiada en el cable
de Himmler por “victoria final cierta”, lo que tal vez delataba una
suerte de incertidumbre.
Un año
antes, las potencias del Eje habían ascendido a Huseini, no a Gailani,
como líder del futuro Gran Imperio Árabe. A cambio, el muftí informó
enseguida a Berlín del desembarco de los Aliados en el norte de África.
Pero Hitler no se lo creyó. Muchos de los planes del muftí quedaron en
suspenso, como sus intentos de bombardear una concentración sionista con
motivo de Día Balfour en Jerusalén (1943). Los nazis no tenían aviones
disponibles y rechazaron participar.
En 1943,
mientras los nazis abandonaban Oriente Medio y se replegaban a Europa,
el muftí envió a sesenta hombres para que se entrenaran como
paracaidistas en la escuela de sabotaje de las SS de La Haya. Los
llamaba su “núcleo bélico” para la guerra contra los judíos en
Palestina. Visitó a los comandos holandeses en agosto. A cambio, Himmler
recompensó al muftí con el telegrama anti Balfour, que se repartió a
todos los asistentes a aquel mitin, junto con el discurso del propio
muftí.
Al final, el muftí puso todos los huevos en el cesto racista de Hitler; y, con él, perdió.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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