Carlos Rodríguez Braun resenha, para o Instituto Cato, o livro do jornalista espanhol Luís Prados de la Escosura:
He visto las historias de dos muros, uno inventado en Madrid y otro real en Berlín.
El
periodista y escritor español, Luis Prados de la Escosura, imagina en
su novela El Muro de Madrid, que publica Turner, una España donde, en
1950, la Guerra Civil ha terminado con un empate, y con el país dividido
en dos. El libro es atractivo, empezando por los protagonistas de la
historia de amor que lo recorre, Fermín Salvatierra y Elena Arizmendi, y
siguiendo por la destreza con la que Luis Prados sitúa en ese escenario
inventado a la España y los españoles que existieron, empezando por don
Juan, jefe de uno de los Estados, mientras que Enrique Líster lo es del
otro.
Las
intrigas políticas, la censura, el odio y la mentira quedan bien
retratados y condenados; y se impone el mensaje de Prados de la Escosura
en favor de la reconciliación, la convivencia, la paz y la libertad; y
el valor perdurable de los afectos.
El segundo muro, real, es el escenario de “Deutschland 89”, que completa la serie sobre el agente alemán Martin Rauch.
En
la última temporada cae el Muro, y los agentes comunistas intentan
sobrevivir al naufragio. En el caos de violencia nacional e
internacional, de ejércitos, milicias y terroristas, el espectador puede
estar tentado a reducir la historia a la característica típica del
espionaje, a saber, el cinismo. Ciertamente hay mucho cinismo en la
serie, por todas partes, casi parece que todo da igual: incluso las
últimas imágenes corresponden a un ridículo Donald Trump pavoneándose
sobre su muro frente a México.
Pero
más allá del cinismo, hay otras dos lecciones de fondo, que entroncan
con la novela de Luis Prados. Una es la importancia de los afectos, la
moral y la familia, asuntos muy vivos en Martin Rauch, sorprendente para
un espía, como subraya Titus Techera en Law & Liberty. La segunda
lección tiene que ver con la fragilidad de la democracia y la libertad:
no es que estén en idéntico riesgo en el comunismo que en el
capitalismo; lo de Trump no es una identificación sino una alegoría,
como el Steve Jobs de la Alemania comunista; y no es su muro como el de
Berlín. Pero el mensaje es la sabia advertencia de Jefferson: hay que
vigilar y proteger nuestra libertad. Siempre.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
Nenhum comentário:
Postar um comentário