Pesquisa científica demonstra que a primeira migração dos humanos modernos em território neandertal ocorreu há 54 mil anos e esteve associada ao domínio do arco. David Barreira para El Cultural:
El
hallazgo de un molar de un individuo infantil en la cueva de Mandrin,
situada en el valle del Ródano, en la Francia mediterránea, generó una
nueva sacudida en la historia de la evolución humana.
En un estudio publicado el año pasado, los científicos desvelaron que
el diente pertenecía a un Homo sapiens y la capa estratigráfica en la
que fue encontrado tenía una antigüedad de 54.000 años. Es decir, según
estos resultados, los humanos modernos habrían llegado a Europa 10.000
años antes de lo que se pensaba. Una nueva investigación con los
materiales de este yacimiento como protagonistas revoluciona ahora el
origen del uso del arco y las flechas en el Viejo Continente,
retrasándolo otra decena de miles de años.
En
la cueva, que lleva el nombre de un célebre contrabandista galo del
siglo XVIII y se emplaza en lo alto de un risco escarpado sobre la
orilla este del caudaloso río Ródano, el análisis de más de 70.000
restos óseos y unos 60.000 útiles líticos han sacado a la luz un
fenómeno insólito. Los neandertales del Musteriense
fueron reemplazados por una industria más compleja, con herramientas
como hojas y laminillas fabricadas con piedras distintas, que se bautizó
como "Neroniano" por otro yacimiento cercano donde habían aparecido
materiales similares y que contenía los rasgos distintivos de un nuevo
grupo: los humanos modernos.
En
Mandrin se registró un nítido ejemplo de "interestratificación":
neandertales sustituidos por Homo sapiens —los más antiguos de Europa—
que, tras solo un año habitando la cavidad, volvieron a ser reemplazados por los neandertales del Musteriense hasta una nueva repoblación de la zona de los humanos modernos, esta vez en mayor número y que fue definitiva.
El paisaje de la cueva de Mandrin.
Los
arqueólogos han postulado hasta ahora que las armas de propulsión como
el arco y las flechas o el lanzadardos se extendieron por Eurasia al
mismo tiempo que los humanos modernos del Paleolítico Superior, entre
hace 45.000 y 42.000 años. Sin embargo, el análisis de casi un millar de
artefactos con apariencia de proyectiles recuperados en el nivel E de
la cueva de Mandrin se ha saldado con el descubrimiento de la primera
evidencia de uso del arco en suelo europeo hace unos 54.000 años —en
África se remonta hasta los 70.000 años—.
Los resultados del estudio elaborado por investigadores franceses y estadounidenses se acaban de publicar en la revista Science Advances.
Una de las principales conclusiones es que esta tecnología, difícil de
documentar ya estaba basada en materiales perecederos como madera,
fibras, cuero o resinas, proporcionó a los humanos modernos una ventaja
competitiva frente a las comunidades locales durante sus primeras
migraciones hacia el territorio neandertal.
La
investigación de la arqueóloga Laura Metz y sus compañeros se ha
centrado en varios centenares de artefactos recuperados en la cavidad
que mostraban signos de haber sido utilizados como proyectiles. En
concreto, se han estudiado mediante minuciosos análisis macroscópicos y
microscópicos 852 piezas líticas que se asemejan a puntas, cuchillas y
lascas bien definidas, de las cuales 383 presentaban patrones de
desgaste por haber sido lanzadas o por haber sido utilizadas para serrar
o cortar. De esta selección se ha determinado que 196 muestran
evidencias de impacto y podrían ser en realidad puntas de flecha.
Imagen de una de las puntas neronianas recuperadas en la cueva francesa.
La
industria neroniana se compone de una serie de utensilios del
Paleolítico Superior Inicial completamente distintos de los fabricados
por los neandertales europeos. A pesar de que se había identificado con
anterioridad en un reducido número de yacimientos
de la región del Ardèche, un departamento del sureste de Francia entre
Lyon y Montpellier, los ejemplos más antiguos se han documentado en la
cueva de Mandrin.
Para
completar el estudio, el equipo de investigadores realizó
reproducciones de las diminutas puntas neronianas utilizando el mismo
sílex y la misma tecnología. Las copias experimentales fueron a
continuación convertidas en flechas y se dispararon con un arco para
analizar las distintas fracturas que registraban. Al ser comparadas con
las piezas procedentes del registro arqueológico, los resultados fueron
similares.
Recreación de las puntas de flecha neronianas.
Estos
hallazgos sugieren que las armas de proyectiles podrían haber sido
desarrolladas durante y no después de la primera incursión del Homo
sapiens en Europa. "Documentamos que esta primera migración humana en
territorio neandertal está asociada con el dominio del arco. También
mostramos que esta tecnología era desconocida entre los grupos locales
de neandertales así como en el resto de Eurasia", escriben los autores
del artículo. "El uso de estas tecnologías avanzadas puede ser de
crucial importancia para comprender la expansión de las poblaciones modernas".
En
el nivel E de la cueva de Mandrin se han encontrado también tres
toneladas de rocas que parecían intencionadamente dipuestas en círculo.
Según los investigadores, se trataría de un cortavientos construido
cuidadosamente para proteger al refugio de los embates del mistral que
transporta aire frío y húmedo desde el norte, hacia donde mira la boca
del abrigo. De ser correcta la interpretación, sería una de las
evidencias más tempranas de la construcción de un refugio en la historia
humana.
Postado há 2 days ago por Orlando Tambosi
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