Victor
Pavón, gerente da Associação Paraguaia de Universidades Privadas, faz um
bom inventário da dicotomia esquerda/direita, que hoje já nada mais
distingue. De fato, ambas são ideologias, cada qual com seu pacote
pronto e fechado. Bem diferente do liberalismo, que ideologia não é: na
verdade, é uma filosofia dos cidadãos que procura preservar os
indivíduos diante do poder avassalador dos Estados. Não há projeto
acabado. A propósito, vale lembrar a metáfora de Bobbio, que, na minha opinião, caracteriza as ideias liberais (e Bobbio, obviamente, não era propriamente um liberal): "A
história é um labirinto. Acreditamos saber que existe uma saída, mas
não sabemos onde está. Não havendo ninguém do lado de fora que nos possa
indicá-la, devemos procurá-la nós mesmos. O que o labirinto ensina não é
onde está a saída, mas quais são os caminhos que não levam a lugar
algum". Segue o texto de Pavón:
El
reciente atentado del auto denominado Ejército del Pueblo Paraguayo
(EPP) que costó la vida a ocho militares hace posible de alguna manera
el debate de las ideas con las palabrasizquierda y derecha, las que
políticamente muchos consideran como alternativas válidas para el país.
Lo que no saben, sin embargo, es que tanto la izquierda como la derecha
en realidad son la misma cosa, están unidos por la misma matriz
intelectual.
Los
términos izquierda y derecha en el léxico político provienen de la
Revolución Francesacuando en ocasión de la Asamblea reunida en
septiembre de 1789, un grupo de parlamentarios se ubicó a un lado y a
otro del presidente. Los que estaban a la izquierda se mostraron desde
un comienzo anti monárquicos, anticlericales, opuestos a los privilegios
delAntiguo Régimen; al otro lado, los que estaban sentados a la
derecha, eran miembros de la iglesia, los comerciantes y pequeños
granjeros. Estos últimos deseaban conciliar las diferencias con el otro
grupo de manera a que sus propiedades no quedaran desprotegidas.
Aquella
decisión de los revolucionarios de sentarse a la izquierda y la derecha
del presidente de la Asamblea, al comienzo no fue un hecho
trascendental. Pero lo que ocurrió años después, definitivamente impactó
sobre las ideas y la política dominante. En el año 1848 aparece el
Manifiesto Comunista, un libro de Marx y Engels. Nacía así el socialismo
y el materialismo dialéctico y sus partidarios se califican
"izquierdistas". Para ser precisos, la izquierda toma las ideas del
filósofo Hegel y expone ante la sociedad un argumento que todavía seduce
a muchos.
La
izquierda hegeliana que, por cierto perdura hasta hoy día, sostiene lo
decisivo que resulta la lucha de clases para el cambio social y
económico. Se estableció así la disputa entre proletarios y burgueses.
El enfrentamiento, dicen, resulta inevitable. Alegan que cada persona
está predestinado por su nacimiento a formar parte de una de aquellas
clases sociales. Esa idea de la predestinación, pronto se convirtió en
un motivo para justificar a aquellos “menos favorecidos”, esto es, los
que creen que aun haciendo lo mejor, no pueden cambiar su categoría de
proletarios. La desigualdad, afirman, se debe a que los burgueses y
oligarcas se adueñan de toda riqueza.
La
derecha desde entonces y para defenderse se posicionó en un modelo de
tinte autoritario porque consideraba que sería el mejor modo de
establecer un orden, contrario a aquella lucha de clases que solo podría
conducir a inestabilidad y anarquía. Y, ¿los liberales? No son de
derecha ni de izquierda. Los liberales no pueden ser parte ni de la
derecha ni la izquierda porque éstos modelos de ideas y práctica se
fundamentan en la necesidad de "ordenar" la sociedad de acuerdo a lo que
cada una de esas facciones consideran. Esto, por supuesto, es contrario
al pensamiento liberal.
El
liberalismo que había impulsado la Revolución Francesa (1789) y antes la
Americana (1776), para luego sentar las bases por primera vez en la
historia de la humanidad del progreso de las naciones desde la segunda
mitad del siglo XVIII, resulta por estas latitudes un ideal casi
desconocido. Y las razones son muchas. Pero, se debe en especial porque
el liberalismo, lejos de querer imponer a los demás su proyecto, apela a
la persuasión en base a la observación de lo que ocurre en la realidad
para así proponer instituciones de libertad y propiedad, uno de sus más
preciosos legados.
El
liberalismo no propone un "destino común", un paraíso celestial o la
verdad revelada como lo hace el socialismo que bifurca entre la derecha y
la izquierda. El liberalismo, desde luego, no se adhiere al orden
impuesto que la derecha propone y tampoco a la lucha de clases que la
izquierda pretende. Tanto a la izquierda como a la derecha les seduce la
idea de implementar un nuevo orden social mediante el "buen y correcto
uso del poder", lo que implica finalmente la concentración de ese poder
en pocas manos, expresión que denota el germen delautoritarismo según
las "buenas intenciones" de los gobernantes de turno.
En el
presente, una propuesta genuinamente liberal no existe en el país.
Muchos, quizás demasiados afiliados de los partidos Liberal Radical
Auténtico y Colorado, organizaciones fundadas como liberales en 1887,
van formando filas para ubicarse a la derecha o a la izquierda.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
Nenhum comentário:
Postar um comentário