BLOG ORLANDO TAMBOSI
A descentralização favorece, sobretudo, a identificação da sociedade com o exército e com a defesa da própria comunidade e seu território. José Carlos Rodríguez para Disidentia:
Cumplido
el primer aniversario de la invasión de Ucrania por Rusia, el país
asaltado resiste. No es esto lo previsible. El presupuesto del estado
euroasiático es un múltiplo del de Ucrania. Y su disposición a convertir
a sus ciudadanos, especialmente a los díscolos, en carne de cañón, no
conoce el adversativo. Y tiene reservas de carne casi sin límite: cerca
de 68 millones de hombres; más que toda la población de Ucrania.
La
economía de Rusia es más pequeña que la de Canadá o Italia, pero su
Estado está dispuesto a destinar cantidades mucho mayores que la de
estos países al ámbito militar. Más que dobla el presupuesto ucraniano.
Rusia se llevó todo el arsenal nuclear soviético, que precisamente
estaba en Ucrania. Pero este es un elemento que sólo tangencialmente
tiene relación con lo que se plantea aquí.
Porque
la cuestión es ¿por qué? O, más bien, ¿cómo? ¿Cómo ha hecho Ucrania
para resistir el zarpazo del oso ruso, con una superioridad tan
abrumadora?
Una
posible explicación es la ayuda que ha recibido Ucrania procedente del
exterior. Pero Ucrania sigue sin acercarse al volumen de hombres y
armamento de su inamistosa vecina, a pesar de todos los medios prestados
por las democracias occidentales. Y, en cualquier caso, la llegada de
armamento y ayuda ha sido paulatina, y no se produjo en los primeros
instantes, cuando se produjo la ofensiva, que es cuando la resistencia
de Ucrania abrió los ojos al mundo. También se ha querido explicar la
incapacidad de Rusia de hacer valer su superioridad militar en la
rampante corrupción de sus instituciones, y en particular de su
Ejército. Pero a este respecto, Ucrania no puede ofrecer una ventaja.
Cuatro
autores han recurrido a una explicación diferente, y que podría ser más
convincente de las que se han dado hasta ahora. Yahya Alshamy,
Christopher J. Coyne, Nathan P. Goodman y Garrett Wood se han fijado en
la estructura institucional ucraniana. Fruto de su investigación es su artículo conjunto Polycentric defense Ukraine style: explaining ukrainan resilience against invasion.
El
estudio del policentrismo en las instituciones, y de su poder para dar
una mejor respuesta que la preeminencia o exclusividad de una
institución centralizada, lleva haciéndose un tiempo. Pero su aplicación
a la defensa es relativamente escasa, dicen los autores.
El
Maidán, la revuelta nacionalista, europeísta y anti rusa de 2014, dio
paso a varias reformas del país de gran calado. Una afecta al Ejército
ruso, y es pertinente que la recordemos aquí (no lo hace el artículo).
El Ejército de los Estados Unidos ha estado adiestrando al ucraniano,
que antes de ello era una réplica del de Moscú, como una muñeca de
madera, ucraniana en este caso, dentro de otra muñeca igual, rusa. No
sólo ha formado a mandos y tropa, sino que les ha transmitido tácticas y
estrategias modernas, y ha transformado por completo sus doctrinas. Sin
duda, una parte de la explicación de la resistencia ucraniana se apoya
en esta realidad.
La
incapacidad del Ejército ucraniano de defenderse del ruso en 2014 se
debió en parte a que la corrupción lo había convertido en una burocracia
especialmente inoperante. Entonces, el sistema político ucraniano
decidió descentralizar al Ejército; acabar con su carácter centralista, y
recalar en las instituciones regionales y locales. Un dislate, si lo
miramos desde un punto de vista tradicional.
Pero
esto fue lo que se hizo. La llamada democracia ucraniana era una
elección, sí, entre bandas criminales que aprovechaban unas
instituciones centrales corruptas para enriquecerse y hacer lo mismo con
las fuerzas que les apoyaban. En fin, era como cualquier otra
democracia, pero en un grado sumo. ¿Era Ucrania, pues, el summum de la
democracia? Lo dejo ahí y salgo corriendo ligero, porque es otra la
cuestión que debemos atender.
De
modo que no se podía confiar en el gobierno central. Por eso se
introdujeron cambios. Se permitió descentralizar tanto las finanzas del
Ejército como la organización y la reclutación de sus fuerzas. Los
gobiernos locales (hromodas) eran más transparentes y responsables que
el gobierno central. Esta localización del poder no ocurrió sólo con el
Ejército.
Se
realizó sobre órganos de autogobierno, más participativos, que
favorecieron la creación de redes comunitarias. Se estrecharon los lazos
con los vecinos y con el territorio. Además, las instituciones locales,
y ocurre lo mismo con los batallones locales, se han sometido a las
normas de control de la corrupción. Esto es importante, porque ha
permitido que la confianza de la población local, y en consecuencia su
disposición a aportar medios, sea mayor.
Sobre
esa base, se crearon batallones de voluntarios que recibían una
formación militar. Esos batallones tenían distintos tamaños. Pero
diferían entre sí también en otros aspectos importantes, como su
equipación militar, su estructura organizativa, sus tácticas, o su
financiación. “Los batallones de voluntarios se formaron por diversas
razones. Algunos se formaron para defender ciudades concretas, como
Dnipro, Kviy y Kherson. Algunos se formaron para llevar a cabo una
guerra de guerrillas como forma de venganza contra Rusia, como fue el
caso de los batallones chechenos proucranianos. Otros se formaron en
torno a individuos que buscaban hacer carrera política, y muchos se
formaron en torno a ideologías políticas y religiosas distintas, como el
etnonacionalismo o el cristianismo”, señalan los autores. Se da la
circunstancia de que se ha creado una auténtica competencia entre
líderes y grupos por organizar batallones más efectivos o mejor
preparados que los demás.
Es
una realidad militar muy abigarrada, pero no es del todo un sálvese
quien pueda. Para formar parte del Ejército ucraniano, necesitan estar
aprobados por el gobierno central. Éste les provee de medios logísticos y
militares, de modo que hay un control político, incluso operativo,
aunque no sea completo.
De
hecho, en enero de 2022 el gobierno creó la Ley de Fundamentos de la
Resistencia Nacional, que define las Fuerzas de Defensa Territorial
(FDT) como una rama de las fuerzas ucranianas, e incluye a los
batallones locales en esas FDT.
De
modo que no es una sarta de ejércitos de Pancho Villa, pero tampoco es
una organización al servicio de unos políticos dedicados a perfeccionar
el pillaje. ¿Qué ventajas ha tenido esta estructura institucional en
gran parte policéntrica?
Lo
que señalan los autores es la primera de las ventajas es el uso del
conocimiento local, o su coordinación. Como no hay que transmitir la
información a un órgano central, en ocasiones alejado del terreno, y
como quienes dan las órdenes participan del conocimiento del terreno y
de las circunstancias de la guerra, las decisiones se toman de forma más
ágil. El artículo cita la capacidad de los batallones del Donbás de
adoptar medidas más rápidas y certeras que las del Ejército ucraniano en
la defensa del territorio.
Según
cuentan los autores, “ante la falta de dirección y recursos
centralizados, los voluntarios de estos batallones empezaron a dirigir
sus propias actividades y a buscar sus propios recursos. Se
autoorganizaron en grupos separados para establecer puestos de control,
patrullar, realizar escaramuzas y explorar, cubriendo las lagunas
dejadas por el ejército ucraniano. Para superar la falta de armas y
municiones suministradas por el gobierno ucraniano, recurrieron a armas
de propiedad o fabricación privada y a armas capturadas a soldados
rusos, dependiendo de lo que estuviera disponible localmente para los
grupos autoseleccionados”. Por otro lado, y contrariamente a lo que
cabría pensar, hay una coordinación entre los distintos grupos, que
están en comunicación.
Los
donantes pueden elegir no sólo con qué medios apoyar el esfuerzo
bélico, sino cómo y para qué propósito. Hay incluso páginas web que
facilitan información sobre los diferentes fines a los que se puede
aportar dinero, y vehiculan esos medios a tales proyectos.
En
segundo lugar, y este es un efecto muy conocido del policentrismo, esta
estructura institucional favorece la competencia entre grupos, ya lo
hemos visto, así como la experimentación y la flexibilidad. Un ejemplo
de experimentación es el uso de drones. A falta tanto de armamento
convencional como de preparación, una parte de la sociedad ha optado por
otras vías para contribuir al esfuerzo bélico. Y el uso de drones
privados es un ejemplo. El Ejército ucraniano había creado un programa
para la fabricación de drones bélicos, pero naufragó en un lodazal de
corrupción. Por último, señalan los autores, la competencia ha forzado a
que el uso de los recursos sea más eficaz.
La
descentralización tiene otras ventajas, como la de reducir la
incidencia de los puntos débiles. O favorece la participación
voluntaria. Pero, sobre todo, favorece la identificación de la sociedad
con el Ejército, y con la defensa de la propia comunidad y del
territorio. Esto es lo fundamental.
Victor
Davis Hanson ha demostrado que, en términos generales, los Ejércitos
que se han impuesto son los que se identifican más con sus
instituciones. De modo que cuanto más respetuosas han sido esas
instituciones, más han hecho los hombres que se jugaban su vida por
ellas. Seguro que este éxito de Ucrania no le resulta difícil de
entender al gran historiador militar.
Postado há 3 weeks ago por Orlando Tambosi
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