Que uma ONG estrangeira financie um sindicato espanhol é notícia, e ainda mais se é para mobilizar o eleitor de esquerda. Que seja legal não significa que esteja bem. Álvaro Nieto, diretor de The Objective:
THE OBJECTIVE ha desvelado este lunes 7 de agosto
que una fundación sueca relacionada con el magnate George Soros ha
financiado durante las últimas semanas a una entidad vinculada al
sindicato Comisiones Obreras para fomentar la participación con motivo
de las elecciones del 23-J. Y, como prueban las informaciones
publicadas, ese dinero se ha usado fundamentalmente para movilizar al
votante de izquierdas contra los supuestos peligros de la extrema
derecha.
Curiosamente, en vez de analizar los datos ofrecidos
por el magnífico periodista Alberto Sierra, decenas de personas llevan
horas lanzando todo tipo de insidias y descalificaciones contra el
periódico. No sé bien qué extraño magnetismo tiene la palabra Soros para
desencadenar ipso facto tal avalancha de reacciones calificando la
noticia de bulo y de paranoia, pero cualquiera que la lea podrá entender
a la primera que no es ningún invento.
En
THE OBJECTIVE solo nos mueve el ejercicio del periodismo independiente.
Una cosa tan sencilla como contar noticias que puedan ser relevantes
para nuestros lectores. Afecten a quien afecten. Y el señor Soros,
contra el que no tenemos nada en particular, no iba a ser una excepción.
No pertenecemos a ninguna secta rara, no somos negacionistas de ninguna
causa avalada por los hechos o la ciencia y, por supuesto, tampoco
somos antisemitas. Es más, dada nuestra condición de liberales, somos
bastante respetuosos con las creencias y opiniones de todo el mundo,
como a diario se puede comprobar en nuestra sección El Subjetivo.
Nosotros
hacemos periodismo. Y si resulta que nos llega la información de que
está entrando dinero sueco en un sindicato español, tenemos la
obligación de investigarla. Y si conseguimos confirmarla, no nos queda
otra alternativa que publicarla. Nuestra labor fundamental no consiste
en juzgar los hechos, sino en contarlos si creemos que constituyen una
noticia.
Y
lo siento mucho, pero que una ONG sueca financie una fundación de un
sindicato español con el objetivo de fomentar las participación en unas
elecciones generales es noticia. Quien no lo vea, que se opere la vista.
Y si resulta que la ONG está vinculada a uno de los hombres más ricos
del planeta, pues habrá que decirlo también.
Por
supuesto, el hecho de contar la noticia no significa que prejuzguemos
que lo relatado sea ilegal ni que la campaña en cuestión para fomentar
la participación haya servido para algo. Como nosotros mismos hemos
contado, las interacciones en redes sociales de los mensajes lanzados
con ese dinero tuvieron poca repercusión. Dicho finamente: parece que
los amigos del señor Soros tiraron su dinero. Pero ese tampoco es
nuestro problema.
Alberto Sierra
Por
eso es muy triste ver cómo han reaccionado a nuestra noticia ciertos
medios y personas respetables. ¿Qué hubieran hecho ellos en nuestro
lugar? ¿No hubieran publicado la noticia porque sonaba increíble? Lo
siento mucho, pero como director de periódico ese nunca va a ser mi
proceder. Las noticias se contrastan y, si son verdad, se publican,
aunque el titular pueda resultar friki. Nosotros no tenemos la culpa de
que unos señores en Suecia se hayan puesto a meter dinero en una
fundación vinculada a un sindicato español para influir en las
elecciones.
Y
sí, es verdad que organizaciones como esa promueven la democracia por
medio mundo, pero España no es Zimbabue, amigos. En España hay una
democracia consolidada y no es necesario que vengan unos suecos a
explicarnos la importancia de votar. Y mucho menos a que dejen la
campaña en manos de un sindicato próximo al Gobierno para hacer
literalmente propaganda contra la oposición. Puede que sea legal, pero
eso no quiere decir que esté bien. De hecho, apesta. Y lo lógico sería
que, en vez de matar al mensajero, nos preocupáramos de exigir que el
propio sindicato dé explicaciones detalladas sobre las cantidades
totales recibidas y el uso que se ha hecho del dinero.
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