O caneludo Obama ganhou o
Nobel da Paz antes de nada ter feito. Já Trump, o presidente eleito,
foi crucificado antes mesmo de nomear sua equipe e assumir o governo. A
estupidez ideológica dos esquerdistas, mundo afora, não o deixa em paz.
Falsos democratas não reconhecem a decisão dos cidadãos
norte-americanos, sempre considerados menores pelas castas
preconceituosas da Europa e pela ratatulha ideológica da América Latina.
Ora, nenhum europeu e nenhum latino-americano têm algo a ensinar ao
povo do norte. Que olhem para seus próprios rabos:
La Tercera Guerra
Mundial ha comenzado: el mundo contra el presidente electo Donald Trump.
Una legión de zombies, la mayoría de la izquierda, globalistas y buena
parte del establishment político, se ha lanzado a las calles y ha
llenado sus medios de comunicación para impedir que Trump pueda
inaugurar su era con estabilidad y la calma necesaria para llevar
adelante su programa. Siento decir por todos ellos que al igual que los
zombies de la película Guerra Mundial Z, están muertos de verdad y al
final, los muertos siempre pierden.
El día después de las
elecciones americanas, el periódico español El País abría su portada
con un “el mundo en vilo tras la victoria de Trump”, como ya hizo con
Bush junior tras el 11 de septiembre; un historiador como Fernández
Armesto escribía en El Mundo que la elección de Trump abría dudas sobre
el proceso democrático. Pero todos se equivocan. Y mucho. Precisamente
lo que le elección de Trump pone de relieve es que la democracia en
América funciona y muy bien. A pesar de todos los intentos de los
rivales, la manipulación de los medios, los cientos de millones gastados
en impedir su victoria, y el distanciamiento expreso de buena parte de
los republicanos, Trump lo logró. Y ganó porque supo obtener el favor de
una mayoría suficiente para que en el colegio electoral ganase un
margen más que considerable sobre Clinton.
Donde no ha
funcionado la democracia es en el debido respeto a los resultados
electorales. Jóvenes se han echado a las calles bajo el lema “no mi
presidente”, muchos sinceros, otros más interesados en crear caos. Ahora
falta por ver que los líderes emergentes en el derrotado Partido
Demócrata lanza un claro mensaje de que lo que está ocurriendo es
inaceptable y no se deja llevar por la tentación de explotar eso de que a
río revuelto, ganancia de pescadores. Porque poco tienen que pescar.
Obama ganó el Nobel
antes de poder hacer nada. Trump se ha ganado la crucifixión incluso
antes de tener a su equipo nominado y mucho antes de celebrar su
inauguración el próximo 20 de enero. Contra de lo que muchos piensa,
parece no importarle demasiado. Y eso es bueno. Y es bueno porque
nuestros “demócratas de pata negra” piden que el candidato Trump de paso
al presidente Trump, esto es, una persona como ellos que hacen promesas
electorales a sabiendas de que no tienen ninguna intención de
cumplirlas una vez en el cargo. Pero también en esto se equivocan. Trump
ha sido muy consistente con sus ideas, aunque no tanto, en cómo
traducirlas en acciones políticas, y no va a renunciar a ellas. De
hecho, los votantes americanos ha apostado por Donald Trump precisamente
para que lleve adelante sus ideas. Tal vez no para que construya el
muro con México, pero sí para que transforme profundamente la política
inmigratoria norteamericana. En Europa, nuestros zombies han preferido
ridiculizar las ideas y adoptar literalmente las propuestas de Trump,
que es justo lo contrario de lo que ha pasado en Estados Unidos. Por
ejemplo, Trump ha dicho en varias ocasiones que la Alianza Atlántica, la
OTAN, es una organización decrépita y obsoleta que no sirve a los
intereses de América en su forma actual. Que a partir de ahora le
gustaría ver una reestructuración de las cargas porque América no tiene
por qué cubrir las facturas de sus aliados. ¿Cuál ha sido la reacción de
los líderes europeos? ¿Mejorar las capacidades de la Alianza y
equilibrar sus costes? No. Han corrido en medio del pánico a reactivar
los viejos sueños de una defensa europea, incluido un ejército europeo.
Ahí están los planes franco/italiano/alemanes y, sobre todo, el
llamamiento del Presidente de la comisión Juncker. Si los europeos caen
en estos cantos de sirenas, al final serán ellos los que pongan la fecha
final a la OTAN. Aún peor, lo harán sin ser capaces de generar su
propia defensa porque nadie quiere poner los medios necesarios para
ello. Zombies o estúpidos totales.
Otro ejemplo, los
europeos estuvieron encantados de seguir la estela de Obama en las
negociaciones sobre el programa nuclear iraní. Tan encantados que muchos
loaron las bondades de un acuerdo que objetivamente era malo y
peligroso. Pues bien, ahora que en Estados Unidos hay un presidente
electo que desde el primer momento ha denunciado el acuerdo con Irán por
ser malo para los intereses americanos, y que la nueva administración,
por lo que hoy sabemos, tendrá un secretario de estado y un secretario
de defensa también contrario al mismo, los días del acuerdo en su
presente forma están contados. ¿Cuál es la actitud conque recibimos el
próximo final del actual acuerdo? Con una carrera acelerada para
finalizar negocios con los iraníes. Si de verdad creemos que eso no
tendrá consecuencias, estamos todos locos. por no hablar de preferir un
mercado de unos cuantos miles millones de dólares a una economía, como
la americana, de billones de dólares.
En fin, parece que
poco después de las elecciones, en lugar de acomodarnos a lo que los
votantes americanos han preferido, seguimos insultándolos y, aún peor,
negándonos a aceptar que Trump ha ganado. Un consejo, dada la
trayectoria de Donald Trump, creo que es prudente afirmar que se trata
de una persona a la que le gusta ganar. Y también que es una persona a
la que le gusta llegar a acuerdos satisfactorios en los que todos dan y
todos reciben. La pregunta que nuestros líderes deberían estar
haciéndose es si queremos abrir una guerra con Trump, que
inexorablemente perderíamos, o negociar acuerdos que nos pierdan
interesar. Las próximas semanas nos dirán si la epidemia de zombies se
extiende o si el tratamiento reduce sus manifestaciones.
La alternativa sólo
puede ser que los ciudadanos se responsabilicen de una vez y acabemos
con unos líderes tan instalados en sus intereses que se han vuelto
ciegos ante la realidad. Como han hecho los americanos. (Libertad.org).
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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