Para José Azel, um bom ponto de partida para explorar o que significa ser livre é a distinção estabelecida no século XIX por Benjamin Constant:
Utilizamos
el término libertad en contextos políticos, económicos, sociales y
religiosos. ¿Pero qué significa exactamente ser libre? Responder esta
pregunta es crucial porque diferentes concepciones de libertad implican
diferentes ideales políticos y diferentes modelos de gobierno. Un buen
punto de partida para explorar qué significa ser libre es la distinción
introducida por el intelectual del siglo 19 Benjamín Constant.
En
un trabajo de 1819 titulado “La Libertad de los antiguos comparada con
la de los modernos”, Constant presentó dos ideas antagónicas de lo que
significa ser libre. El concepto “Antiguo” de libertad centrado en el
colectivo, y el “Moderno” enfocado en el individuo. En esencia, la idea
de “libertad de los antiguos” era que permitía a los ciudadanos el
derecho a influir directamente en política a través de debates y votos,
como en la antigua Grecia. Por “libertad de los modernos” Constant
detalla poseer libertades civiles y control sobre la vida propia dentro
del imperio de la ley.
Consideremos
las implicaciones. La concepción Moderna de libertad, producto de la
Ilustración, afirma que como individuos tenemos derechos que son
universales. No dependen de pertenecer a una comunidad o un gobierno.
Nacemos libres e instituimos gobiernos que protejan nuestras libertades.
Los historiadores sitúan la Ilustración, o Edad de la Razón, entre 1715
y el comienzo de la Revolución Francesa en 1789.
En
contraste, en la concepción Antigua no se conciben derechos
individuales inalienables. El colectivo es prioritario, y los individuos
solamente tienen las libertades personales que la sociedad decide
otorgarles. Así, el gobierno es la fuente de nuestras libertades. El
concepto Antiguo de libertad fue resucitado durante el Romanticismo
posterior a la Revolución Francesa.
Ambos
conceptos de libertad son dramáticamente diferentes. Mientras los
pensadores de la Ilustración veían los derechos individuales como
supremos, los Románticos veían las libertades del colectivo como
primordiales por sobre las de las personas.
Más
de un siglo después, en 1958, el teórico político Isaiah Berlin publicó
“Dos conceptos de libertad”, en cierta forma un paralelo a la tipología
de Constant, con su propia distinción entre libertad negativa y
positiva. En el análisis de Berlin la libertad negativa es libertad
“frente” a la interferencia de otras personas. Es decir, libertad frente
a la opresión o coacción. En línea con el concepto de libertad de la
Ilustración y el Moderno de Constant, la libertad negativa de Berlin es
libertad frente a impedimentos a nuestras acciones impuestos por otras
personas.
Este
es el valor supremo del ideal liberal: un ciudadano libre para
perseverar en su propia idea de vida fructífera sin interferencia del
Estado, en la medida que no cause daño a otros. En el liberalismo
clásico el papel del Estado es fundamentalmente asegurar el
funcionamiento pacífico de una sociedad de seres libres. Se enfatiza la
igualdad ante la ley y la de oportunidades, pero no igualdad de
resultados.
La
libertad positiva de Berlin, o libertad “para”, homologa el concepto
Antiguo de Constant de libertad centrada en el colectivo, es donde el
Estado interviene para posibilitar a las personas desarrollar su
potencial. Políticamente, la libertad positiva da libertad al colectivo
para actuar según su voluntad. Las políticas de libertad “para” se
ejemplifican con las prestaciones socialistas o la visión marxista donde
ser libre -en el sentido de “para”- justifica que el Estado oprima y
coaccione para lograr una distribución deseada de recursos. Implica que
las personas no son las más apropiadas para discernir lo que es mejor
para ellas, y entonces el Estado, que sabe más, debe decidirlo.
La
libertad negativa describe la libertad frente a la tiranía y el
ejercicio arbitrario de la autoridad. La libertad positiva requiere
disponer de medios para actuar. La interacción de esos dos conceptos de
libertad desarrolla conflictos sobre lo que significa ser libre.
Aun
no hemos resuelto las tensiones entre los valores de la Ilustración y
los del Romanticismo. En nuestro mundo contemporáneo parecemos estar de
acuerdo en que las naciones deben ser libres. Pero, incongruentemente,
muchos abrazan la visión socialista de que la libertad es otorgada por
el gobierno y que las personas no tienen derechos esenciales a la
libertad.
El último libro del Dr. Azel es “Reflexiones sobre la libertad”
Postado há 2 hours ago por Orlando Tambosi
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