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A análise de ferramentas de pedra encontradas na França e no Líbano revela que a expansão dos humanos modernos ocorreu em três ondas migratórias diferentes, entre 55.000 e 42.000 anos. David Barreira para El Cultural:
La
cueva de Mandrin, una gruta situada en el valle del Ródano, en la
Francia mediterránea, se ha convertido en un yacimiento revolucionario
para resolver algunos de los principales interrogantes de la evolución humana.
Entre las decenas de miles de restos óseos y útiles líticos
documentados, los arqueólogos han descubierto un diente de leche de un
niño de la especie Homo sapiens datado hace 54.000 años, lo que
adelantaría en varios milenios la presencia de los humanos modernos en
Europa. Este año se ha publicado otro estudio que sugiere que estos
primeros sapiens que se internaron en el Viejo Continente además tenían
una ventaja competitiva frente a las poblaciones neandertales locales: dominaban el arco y las flechas.
En
el otro extremo del Mediterráneo, en Líbano, al norte de Beirut, se
encuentra otro de los yacimientos más importantes del Paleolítico
Superior Inicial (PSI) de Eurasia: Ksar Akil. Excavado por tres
jesuitas, los padres Ewing, Doherty y Murphy entre 1937-1938 y
1947-1948, y después, en la década de 1970, por un equipo francés, también ha sacado a la luz huesos
de humanos modernos y el testimonio de una industria lítica de
transición entre el Musteriense (Paleolítico Medio) y el Paleolítico
Superior, e idéntica a otros sitios cercanos como Boker Tachtit, en el
desierto del Néguev, en el sur de Israel, donde las personas que allí
vivieron fueron modificando los métodos empleados para hacer
herramientas de piedra, destinadas probablemente a usarse como lanzas y
armas similares.
Cuando
los investigadores de la cueva de Mandrin buscaron los paralelismos más
cercanos a su industria neroniana —se compone de una serie de
utensilios del Paleolítico Superior Inicial completamente distintos de
los fabricados por los neandertales europeos—,
comprobaron que los materiales más similares eran los recuperados en
ciertos niveles estratigráficos de Ksar Akil. Y en esa relación material
entre ambos yacimientos se encontraría una de las claves para
comprender las primeras incursiones de los humanos modernos en Europa.

Mapa con las tres tradiciones técnicas de cada una de las migraciones: Neroniano, Chatelprerroniense y Proauriñaciense.
Un nuevo estudio publicado este miércoles en PLOS ONE
por Ludovic Slimak, arqueólogo del Centro Nacional para la
Investigación Científica, ha comparado de forma minuciosa la tecnología
lítica del yacimiento libanés con la del ubicado en el valle del Ródano,
la principal arteria natural que conecta la zona mediterránea con las
grandes estepas europeas del norte. Además de confirmar la tradición
cultural compartida, el profesor de la Universidad de Toulouse III
sugiere que el Homo sapiens se expandió por Europa en tres oleadas
migratorias diferentes entre hace 55.000 y 42.000 años.
La
principal hipótesis de Slimak es que las distintas herramientas de
piedra identificadas en Ksar Akil encuentran ejemplos equivalentes desde
el punto de vista técnico y cronológico en Europa occidental. El
Neroniano de la cueva de Mandrin, por ejemplo, creado por poblaciones
sapiens que se asentaron durante un breve periodo de tiempo en
territorio neandertal, sería una industria idéntica a la que los humanos
modernos desarrollaron en el Levante en el Paleolítico Superior
inicial.
Esa
habría sido la primera migración, ocurrida hace más de 54.000 años y de
la que hasta el momento solo se han encontrado evidencias en el valle
del Ródano. En la gruta de Mandrin habitó un grupo de sapiens formado
por hombres, mujeres y niños. Según Slimak, no se trataría de una
partida de exploradores, sino que buscaban nuevas tierras para
asentarse. Por algún motivo desconocido no lograron perdurar. En este
yacimiento se ha registrado un singular fenómeno, un nítido ejemplo de
"interestratificación": neandertales sustituidos por humanos modernos
que volvieron a ser reemplazados por los neandertales del Musteriense
hasta una nueva repoblación de la zona de los sapiens, esta vez en mayor
número y que fue definitiva.
La
segunda oleada migratoria habría coincidido con la cultura
chatelperroniense, arqueológicamente visible en restos de hace unos
45.000 años, y habría afectado tanto a la costa atlántica de Francia y
la cornisa cantábrica como al área mediterránea de la Península Ibérica,
a lugares como la Cova Foradada, en el municipio de Calafell,
Tarragona. No al valle del Ródano, donde quizá los neandertales se
resistieron al regreso de sus primos más avanzados.
La
industria protoauriñaciense se relacionaría con la tercera fase
migratoria, hace 42.000 años. "Sigue siendo la primera capa real de
poblaciones sapiens que se documenta en toda Europa y abarca hasta el
Levante mediterráneo, marcando la unificación cultural y territorial de
estos grupos en todo el continente", escribe el arqueólogo, interesado
también en descifrar esas interacciones entre neandertales y humanos
modernos.

Secuencia estratigráfica de Ksar Akil, con los restos de dos 'sapiens' hallados.
La
conclusión de Ludovic Slimak es que el proceso de sustitución del Homo
neanderthalensis por los humanos modernos en Europa fue un proceso que
no se registró en unas pocas generaciones, sino que duró hasta doce
milenios en algunos lugares como el valle del Ródano."Hasta 2022 se
creía que el Homo sapiens había llegado a Europa entre hace 45 y 42
milenios. Este estudio muestra que la primera migración de sapiens sería
en realidad la última de tres grandes oleadas migratorias hacia el
continente, reescribiendo en gran medida lo que creíamos saber sobre su
origen en Europa", destaca el arqueólogo.
Y
cierra: "La cultura chatelperroniense, una de las primeras tradiciones
modernas en Europa occidental y atribuida a los neandertales, de hecho
debería señalar la segunda ola de migración de Homo sapiens en Europa,
modificando profundamente nuestra comprensión de la organización
cultural de los últimos neandertales". Otra llamativa hipótesis que
lanza en este sentido es que los últimos neandertales, paradójicamente,
serían "los únicos herederos de tradiciones técnicas abandonadas tiempo
atrás por el Homo sapiens y relacionadas con las primeras fases de su
establecimiento en Europa".
Postado há 3 days ago por Orlando Tambosi

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