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Análises genéticas sugerem que os humanos modernos descendem de ao menos duas populações que coexistiram, migraram e se cruzaram na África há milhares de anos. David Barreira para El Cultural:
Existe bastante consenso entre la comunidad científica que los orígenes del Homo sapiens
se encuentran en África. Numerosas evidencias apuntan en ese sentido.
Los fósiles más antiguos de nuestra especie proceden del yacimiento de
Jebel Irhoud, en Marruecos, con una edad aproximada de unos 300.000
años. Por esa misma época, se vuelven mucho más raras las hachas de mano
que habían dominado el inventario de útiles líticos durante un millón
de años. En su lugar, se fabricaron nuevas herramientas dando forma a láminas extraídas de un núcleo grande de piedra que antes habían sido desechadas.
Lo
que ha sido más difícil de identificar es el grupo concreto dentro de
África que acabaría convirtiéndose en el antepasado de todos los humanos
fuera de ese continente. Una teoría evolutiva sostiene que hace unos
150.000 años había una única población ancestral de la que derivaron el
resto. Otras investigaciones han apuntado que esa comunidad primitiva
habría sido el resultado de la mezcla de los humanos modernos con otros
homínidos, como los neandertales.
Sin embargo, un nuevo estudio científico recién publicado en Nature
ha desvelado un sorprendente y más complejo origen para el Homo
sapiens. Los hallazgos genéticos de un equipo internacional liderado por
investigadores de las universidades de California-Davis y McGill
(Canadá) revelan que los humanos modernos descienden de al menos dos
poblaciones que coexistieron, migraron y se cruzaron en África durante
cientos de miles de años antes de dar origen al nuevo linaje en un
proceso de separación ocurrido entre hace 135.000 y 120.000 años.
Imagen de las excavaciones en el yacimiento de Jebel Irhoud.
"Quienes
han optado por el modelo clásico de un origen único para el Homo
sapiens han sugerido que el ser humano surgió por primera vez en el este
o el sur de África", explica Brenna Henn, genetista y una de las
coautoras principales de la investigación. "Pero ha sido difícil cuadrar
estas teorías con los limitados registros fósiles y arqueológicos
de sitios tan lejanos como Marruecos, Etiopía y Sudáfrica, que muestran
que el los sapiens vivían en todo el continente desde hace al menos
300.000 años".
Los
científicos desarrollaron un modelo informático para ejecutar
simulaciones a gran escala de la evolución genética de la especie
humana. El método consistió en analizar 290 genomas de africanos
actuales, pertenecientes a cuatro grupos geográfica y genéticamente
diversos —los nama, un grupo pastoril khoe-san de Namibia; los mende de
Sierra Leona; los gumuz, una tribu que desciende de los
cazadores-recolectores de Etiopía; y los amhara y oromo, pueblos
agricultores del este del continente—, para rastrear las similitudes y
diferencias entre ellos durante el último millón de años. Otro de los
objetivos era obtener información sobre las conexiones genéticas en toda
África.
Además,
los investigadores compararon el ADN de estos africanos con el genoma
de un individuo de Gran Bretaña y el de un neandertal de 50.000 años
encontrado en Croacia. Estudios anteriores han observado que los humanos
modernos y los neandertales compartían un ancestro común que vivió hace
600.000 años. Los neandertales se expandieron por Europa y Asia, se
cruzaron con los humanos modernos procedentes de África y luego se
extinguieron hace unos 40.000 años.
"Usamos
un nuevo algoritmo para probar rápidamente cientos de escenarios
posibles. Aquellos que muestran un flujo de genes de ida y vuelta entre
poblaciones en varias partes de África a lo largo de cientos de miles de
años proporcionan una explicación mucho mejor sobre la variación
genética que vemos hoy en día", destaca Simon Gravel, otro de los
coautores. "Desarrollamos este modelo para comprender cómo varía el
riesgo de enfermedades genéticas entre las poblaciones y nos condujo
hasta esta inmersión profunda en los orígenes humanos".
El
principal descubrimiento del estudio es que los humanos modernos
descienden como mínimo de dos ramas evolutivas diferentes —no se ha
podido determinar dónde se asentaron—, pero cuyos individuos continuaron
apareándose de forma esporádica y mezclando su ADN.
La primera evidencia de separación se ha fechado hace unos 130.000
años, cuando un evento indeterminado provocó la aparición de un nuevo
linaje que se convertiría en la ancestralidad de los nama.
Estos
resultados insinúan que los sapiens no se cruzaron con otros grupos de
homínidos anatómicamente diferentes con los que coincidieron en África,
como el Homo naledi. "Modelos anteriores más complicados han propuesto
contribuciones de homínidos arcaicos, pero el nuestro indica lo
contrario", resume Tim Weaver, otro de los autores principales del
estudio. En base al nuevo algoritmo, los investigadores aseguran que
entre el 1-4% de las diferencias genéticas en las poblaciones humanas
modernas de África pueden tener su origen en esta mezcla prehistórica.
La historia de la evolución humana sigue desvelando apasionantes
sorpresas.
Postado há 1 week ago por Orlando Tambosi
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