Em seu novo livro, 'Por que o liberalismo funciona', a economista Deirdre McCloskey critica ferozmente o estatismo, a coerção governamental, os monopólios e as políticas "que invadem de maneira inusual a vida das pessoas". Entrevista a Cristina Casabón:
En
su libro Por qué el liberalismo funciona (Deusto, 2020) la economista
Deirdre McCloskey emplea una brillante retórica y habilidades
aritméticas para recuperar un nuevo, y viejo, liberalismo. Aborda la
principal preocupación liberal de nuestro tiempo: la necesidad de crear
una sociedad de adultos libres, en lugar de una que emplee la coerción
bajo el mantra de la igualdad. “Quiero que dudes de tu certeza de que el
problema es el ‘capitalismo’ o la Ilustración; o que la libertad puede
‘llevarse demasiado lejos’”. Con un lenguaje directo aborda debates de
filosofía política, derechos de las minorías, historia de la economía,
políticas económicas del “socialismo de doble dígito” o las paradojas de
la desigualdad en Thomas Piketty.
EN
SU LIBRO EXPLICA QUE EL CAPITALISMO ELEVA PROGRESIVAMENTE EL NIVEL DE
VIDA DE LA GENTE, QUE EL NIVEL DE VIDA DE LOS ESTADOUNIDENSES ES HOY
CUATRO VECES MÁS ALTO QUE A PRINCIPIOS DE LOS AÑOS 40. ENTONCES, ¿QUIZÁS
EL PROBLEMA HOY EN DÍA NO ES EL ESTÁNDAR DE VIDA SINO LOS NIVELES DE
DESIGUALDAD Y LA (FALSA) IDEA DE QUE EL PROGRESO ES UN JUEGO DE SUMA
CERO?
Sí,
la idea es el problema, aunque no los “niveles de desigualdad”. Es
decir, la gente cree que nosotros –españoles, estadounidenses, húngaros–
no estamos mejor de lo que estábamos (escoja una fecha) en 1975, 2000 o
1989, o que mucha gente no está mejor, o que los ricos se hacen más
ricos sin una buena razón. La gente cree que es un juego de suma cero,
aunque en todas partes los más pobres han ido mejorando, incluso en
países donde la gente cree estos sombríos cuentos de hadas. Estas
creencias están uniformemente equivocadas, por eso recomiendo que lean
el gran libro de Hans Rosling, Factfulness (Deusto, 2018), o mi libro
con Art Carden, Leave me alone and I’ll make you rich (2020).
El
optimismo racional no implica que no podamos ayudar a los pobres que
quedan, principalmente otorgándoles permisos que ahora se ven limitados:
ingresar libremente en ocupaciones, comprar donde deseen, vender lo que
deseen, consumir lo que deseen. Esas libertades han sido
históricamente, y son en la actualidad, la fuente real del crecimiento
económico y el alivio de los miserables de la tierra. El crecimiento ha
sido el Gran Programa de Bienestar: ha producido un impactante
incremento del 3.000 por ciento sobre el ingreso real per capita de los
españoles en 1800, por ejemplo. ¡Tres mil por ciento! Muéstrame un
programa redistributivo que tenga el mismo éxito.
Y
para atenerse a los hechos, la desigualdad en el mundo en su conjunto,
medida éticamente en función de los individuos, se ha reducido
drásticamente en las últimas tres décadas, y sigue cayendo. ¿Por qué
sería ético pensar en la igualdad solo en España, o en Barcelona, o en
Pedralbes? Seguramente nos preocupamos por todas las almas humanas. A
medida que China, India y otros países mejoran su situación, la
proporción de personas extremadamente pobres en el mundo se ha reducido
drásticamente. En 1960 se podía hablar de los 4.000 millones más pobres,
o de los 5.000 millones más pobres del planeta. Ahora son 1.000
millones de más de 7.000 millones, y cada año sigue disminuyendo el
número de personas extremadamente pobres que todavía cocinan en una
fogata, digamos, o corren el riesgo diario de morir de hambre.
¿CUÁNTO
PODER E IMPORTANCIA TIENE EL PAPEL DEL GOBIERNO EN CONDUCIR EL
CRECIMIENTO Y PROPORCIONAR UNA INFRAESTRUCTURA SÓLIDA PARA EL
CRECIMIENTO ECONÓMICO?
Una
vez fui socialista y tengo muchos amigos socialistas. Los queridos,
queridos socialistas elitistas de buen corazón que conozco creen, contra
la evidencia, que el estado de Illinois, o Lo Stato d’Italia, o la
mayoría de los gobiernos, además de Suecia, Minnesota o Nueva Zelanda,
están compuestos por gente buena y sabia con excelentes buenas ideas
sobre cómo deben vivir su vida. Sin embargo, ningún italiano sensible,
por ejemplo, realmente lo cree. Pero votará para darle más y más poder a
lo stato. Acabo de leer un ensayo en la revista británica Prospect de
Timothy Garton Ash que propone salvar el liberalismo aumentando el
alcance del gobierno, gastando, por ejemplo, en una renta básica
universal. Con estos “liberales”, ¿quién necesita socialistas?
Los
estatistas se equivocan al decir que el Estado debería “conducir” la
economía (una metáfora que ellos siempre emplean, y usted emplea aquí).
Nadie debería conducir un automóvil si no sabe cómo hacerlo, y la verdad
es que no sabemos casi nada sobre “conducir” una economía. El
conocimiento, como señaló Friedrich Hayek en 1945, está disperso en los
miles de millones de personas y sus habilidades y circunstancias
locales. Una economía no es un hogar. ¡Y ya es bastante difícil
administrar incluso una casa! La humildad está a la orden del día. El
mayor pecado contra el Espíritu Santo, decimos los cristianos, es el
orgullo. Alberto Mingardi y yo acabamos de publicar un librito sobre los
orgullosos economistas que se ofrecen a “conducir” la economía y se
ofrecen a crear la “infraestructura” (esa palabra mágica pero sin
sentido). Mingardi y yo nos enfocamos en las orgullosas ideas, poniendo
como ejemplo de esta especie las de la economista italoamericana Mariana
Mazzucato, seguidora de John Maynard Keynes, un fascinante “señorito
satisfecho” (fallecido en 1946), que nunca podría ser acusado de tener
la humildad adecuada a la hora de afrontar nuestra ignorancia sobre cómo
conducir una economía.
EN
SU LIBRO, OBSERVA LA IMPLEMENTACIÓN DE POLÍTICAS DE IDENTIDAD EN
CHICAGO Y SUGIERE QUE LAS POLÍTICAS LIBERALES SON LAS MÁS ADECUADAS PARA
DEFENDER Y EMPODERAR A LAS MINORÍAS. ¿ESTA VISIÓN POSMODERNA ESTÁ DANDO
UNA RESPUESTA A LOS PROBLEMAS REALES DE LAS SOCIEDADES DESARROLLADAS Y
POSINDUSTRIALES COMO EL PROBLEMA DE LA DESIGUALDAD, LOS DERECHOS DE LAS
MINORÍAS Y LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA?
Está
hablando de nacionalismo, esencialmente. Los gloriosos proyectos como,
digamos, la tumba de Franco, o el tren de alta velocidad de Madrid a las
pequeñas ciudades costeras, u otras innumerables glorias del Estado,
son queridos por muchas personas porque no reparan en el gasto, el
dinero que pagan indirectamente, o en el coste de oportunidad. El
Finlandia de Sibelius tiene una espléndida traducción al inglés que a
menudo cantamos en mi iglesia. El primer verso dice lo maravillosa que
es Finlandia (con, digamos, todos esos lagos y bosques, lagos y bosques,
lagos y bosques). Pero el segundo verso dice que todas las demás
naciones sienten lo mismo por sus naciones, y que debemos honrarlas
también y llevarnos bien. Me emociono cuando la canto, por la nobleza de
su sentimiento liberal. En los períodos más gloriosos de la España
musulmana existió tal convivencia.
Debemos
aceptar que la gente tiene sentimientos nacionalistas (yo amo los
Estados Unidos de América, por ejemplo), y sentimientos, también, de
solidaridad (a menudo amo a mi pobre vecino), que el socialismo eleva
como virtud única, con resultados de coacción similares a las guerras
que inspira el nacionalismo. Como liberales, debemos señalar gentilmente
a nuestros amigos nacionalistas y socialistas que el liberalismo
también puede honrar el Hogar y la Fraternidad –pero permite que la
gente los persiga a su manera, en lugar de prohibir a las mujeres
musulmanas, por ejemplo, usar un pañuelo en la cabeza.
Un
liberalismo permisivo resuelve muchos de los problemas que nos
preocupan. Lo ha hecho desde 1800 aproximadamente. Siempre ha habido dos
problemas principales en el mundo: la orgullosa tiranía y su triste
hijo, la pobreza. Si nos deshacemos de esa pequeña familia malvada,
podemos tener nuestras propias familias idiosincrásicas, prosperando en
cuerpo y alma.
USTED
HA SUGERIDO QUE LOS ECONOMISTAS E HISTORIADORES NO HAN LOGRADO
COMPRENDER LA IMPORTANCIA DEL GRAN ENRIQUECIMIENTO Y CÓMO LO HIZO
POSIBLE LA GENTE, NO LOS GOBIERNOS. ¿PUEDE DARNOS MÁS INFORMACIÓN SOBRE
ESTE PROCESO DE DESARROLLO Y LO QUE REQUIERE?
Requiere
libertad, solamente. En mi trilogía sobre la Era Burguesa demuestro que
ese liberalismo, nacido en Holanda y luego en Gran Bretaña, y que llegó
a España en 1812, dio permiso a la gente corriente, como dicen los
británicos, “to have a go”. Y les dio una oportunidad. No fue la
inversión su causa, y ciertamente no fue el Estado “conductor”. Fueron
las nuevas ideas: el submarino, el teleférico, la universidad moderna,
la autopista, la contenedorización, la penicilina, etc, etc. Provienen
de la creatividad humana, liberada en sociedades libres. A Hitler se le
atribuye el mérito de la autopista, pero de hecho fue ideada bajo la
República de Weimar.
“LA
POBREZA CAUSADA POR LA TIRANÍA, NO LA DESIGUALDAD DEL ‘CAPITALISMO’, ES
EL VERDADERO PROBLEMA”, DICE EN EL LIBRO, PERO QUIZÁS ALGUNAS PERSONAS
ELEGIRÍAN LA IGUALDAD SOBRE LA LIBERTAD.
Sí,
la gente elige con frecuencia la Tierra Natal o la Solidaridad de
Clases antes que la libertad. Y encuentran gobernantes que están
dispuestos a proporcionarles tales comodidades. Es la elección del niño.
El liberalismo también podría llamarse adultismo, el “proyecto de vida”
de Ortega y Gasset. Los liberales debemos predicarles suavemente,
animarles a no temer a la libertad y, en cambio, crecer. Hace tiempo,
cuando los campesinos eran ignorantes e infantiles, o cuando el
proletariado era ignorante e infantil, la teoría del aristócrata de que
él era el padre natural de tales niños posiblemente hubiera tenido algo
de sentido. No lo creo, pero puedes ver por qué fue una idea dominante
durante la mayor parte de la historia de la humanidad. Pero para Ortega y
Gasset, el humano moderno, educado, en cambio, sí se adapta al
liberalismo.
HABLANDO
DE POLÍTICAS PLANIFICADAS Y COLECTIVISMO, USTED DIJO QUE “CUALQUIER
INTENTO DE UNA SOLA ENTIDAD DE DIRIGIR UNA ECONOMÍA CONSTITUYE UN CASO
DE CIEGOS DIRIGIENDO A LOS VIDENTES”. PERO MUCHOS DE NOSOTROS
SUBESTIMAMOS EL POTENCIAL DE LAS NARRATIVAS Y LOS MITOS. COMO EL MITO DE
QUE EL COLECTIVISMO PROMUEVE LA SOLIDARIDAD ENTRE LAS PERSONAS Y EL
INDIVIDUALISMO ES SINÓNIMO DE ATOMIZACIÓN, EGOÍSMO E INDIFERENCIA… ¿CÓMO
PODEMOS LUCHAR CONTRA EL PODER DE LOS RELATOS?
Adoptando
otros relatos, por ejemplo, el del adulto que acepta la libertad con
alegría. Construimos nuestro pensamiento político no tanto gracias a los
libros de filosofía política, sino en los periódicos y, sobre todo, en
la cultura popular. Películas, novelas, música rock, dramas televisivos,
discursos políticos. Pueden corrompernos y convertirnos en niños que
aceptan la tiranía. O pueden inspirarnos hacia cosas nobles propias del
liberalismo, como ocurrió en España después de Franco, o como lo que
está pasando en las calles de Minsk ahora mismo.
SEGÚN
ALGUNOS ECONOMISTAS, EL ERROR DE LLORAR EL FIN DE LAS UTOPÍAS ES SEGUIR
BUSCÁNDOLAS EN LA POLÍTICA, CUANDO AHORA NACEN EN EL MERCADO. ¿CUÁL
SERÍA LA UTOPÍA DEL LIBRE MERCADO Y QUÉ PAÍSES (ECONOMÍAS) SON LOS
MEJORES EJEMPLOS DE ESTA UTOPÍA?
Lo
último primero: Suiza, Nueva Zelanda, Hong Kong hasta este año, Estados
Unidos en cierta medida y, de hecho, la España que alguna vez fue pobre
ahora se vuelve relativamente rica al dejar que la gente “tenga una
oportunidad”. Sin embargo, la palabra “capitalismo” es engañosa. Dirige
la atención a la acumulación de capital como causa de nuestras riquezas.
Pero la creatividad humana, liberada en sociedades libres, es lo que
nos enriquece material y espiritualmente. La acumulación es simplemente
un medio, como la lluvia o la existencia de una fuerza de trabajo, o la
flecha del tiempo, o cualquiera entre una infinitud de elementos
necesarios, o en todo caso útiles, insumos intermedios, por así decirlo.
Son engranajes de un reloj mecánico. La primavera imparte el movimiento
y la primavera en el mundo moderno ha sido la libertad.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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