BLOG ORLANDO TAMBOSI
Laureano Turienzo analisa a carreira do empresário, que perdeu muito dinheiro no início de sua carreira. Carlos Rodríguez Braun para El Cultural:
Jeff
Bezos (Albuquerque, Nuevo México, 1964), fundador de Amazon, es una de
las personas más ricas del mundo, pero cometió muchos fallos y perdió
muchísimo dinero. Este libro tiene la virtud de subrayar esa
característica fundamental del empresario: el riesgo.
En
1994, Bezos era un programador estrella en Wall Street, pero lo dejó
todo y se marchó a Seattle a montar una empresa de venta de libros por
internet. Vendió muchos libros y no ganó dinero. En 1997, con un millón
de clientes, y aún sin beneficios, se le ocurrió que si vendía libros
podía vender algo diferente. Le preguntó a mil de esos clientes qué
pensaban ellos que era posible vender a través de la red: “Las
respuestas fueron tan diversas, que se dio cuenta de que en amazon.com
se podría vender casi cualquier cosa”.
Así
lo hizo, empezando por música y vídeos. Sesudos analistas aseguraron
que no iba a funcionar. Bezos estaba haciendo lo mismo que los grandes
de la distribución, que rápidamente comprendieron que la apuesta por
internet era ganadora y se lanzaron a hacer lo mismo. Era cuestión de
tiempo para que le borraran la sonrisa a un Amazon que cuanto más se
expandía, más perdía: “desde su fundación hasta finales de 2001 el
negocio tuvo pérdidas acumuladas de casi 3.000 millones de dólares, y no
hubo un trimestre rentable hasta el cuarto trimestre de ese año”.
Para
colmo de males, se pinchó la burbuja de las punto.com, las empresas
tecnológicas se hundieron, y la acción de Amazon cayó de 116 dólares a
6. Miles de trabajadores quedaron en la calle. Los agoreros parecían
acertar. ¿Qué hizo Bezos? Continuó creciendo. En 2006 inauguró el
negocio en la nube, y en 2007 empezó a vender el Kindle, su lector
portátil de libros electrónicos.
Cuatro
años después, Amazon vendía más libros en Kindle que ejemplares de tapa
dura. Y siguió comprando firmas, que se multiplicaron como los
afluentes del gran río cuyo nombre adoptó. Bezos podía comprar igual una
empresa de zapatos que una de videojuegos. En 2021 compró MGM, el
gigante del cine y la televisión, cuyo célebre león había empezado a
rugir un siglo antes.
En
ese proceso empezó por fin a obtener beneficios, pequeños al principio,
pero enormes más tarde. ¿Cuál fue su secreto? El de todos los
empresarios: valores, perseverancia, aprender de los errores, y que los
aciertos y las buenas ideas prevalezcan.
Amazon
acometió iniciativas ruinosas, y Turienzo les dedica todo un capítulo.
La empresa tiene defectos como los problemas ecológicos que plantea su
modelo de negocio. Bezos fue elegido en 2014 por la Confederación
Sindical Internacional como “el peor jefe del mundo”. Pero también tuvo
grandes aciertos, desde instalarse en Seattle por sus bajos impuestos y
la cercanía a los distribuidores de libros, hasta su política de
expansión y, por supuesto, su confianza permanente en las posibilidades
de internet.
El
valor principal de la compañía ha sido siempre el consumidor, y por eso
Bezos tituló así una conferencia que pronunció en el M.I.T. en 2022:
“La empresa más centrada en el cliente de la Tierra: diferenciarse con
la tecnología”. Dando buenos servicios a buenos precios se ganó el favor
de la gente, y, aunque los sindicatos lo detestan, sus trabajadores
cobran los mejores salarios del sector.
El
libro de Laureano Turienzo adolece de algunos errores y
simplificaciones. La edición podría haber sido mejor cuidada, aunque
acierta al incluir referencias en códigos QR. Pero cuenta bien la
historia de la empresa y la aventura que siempre representa ser
empresario. Un visionario como Jeff Bezos, ¿a dónde va a querer ir
ahora? A la luna, claro.
Postado há Yesterday por Orlando Tambosi
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