O imperador pôs fim aos julgamentos por traição instituídos por Tiberio, aboliu os impostos injustos, ofereceu anistias e tentou reformar a sociedade romana. Será mesmo que enlouqueceu mais tarde? Ada Nuño para El Confidencial:
"Hasta
ahora hemos hablado del hombre, hablemos ahora del monstruo". La
apoteósica frase salió de la pluma de Suetonio, en su célebre libro
'Vida de los Doce Césares', y va dirigida a Calígula, aquel emperador
del que nos han llegado todo tipo de historias truculentas, desde que
nombró cónsul a su caballo a que se enfrentó con sangrienta locura a las
mismísimas olas del mar. El emperador que se creyó un dios murió
con tan solo 28 años, apuñalado en el cuello tras una conspiración,
desangrado en una galería. A su hija Drusila, de un año, le reventaron
el cráneo contra un muro.
Nació
un 24 de agosto del año 12 d.C., y fue el tercer emperador romano de la
historia de la dinastía Julio-Claudia. Los eventos que sucedieron en su
niñez fueron, sin duda, una profecía de lo que estaba por venir. Hijo
de Germánico, uno de los más grandes generales de la historia de Roma,
que era a su vez hijo adoptivo del emperador Tiberio, acompañó durante
su niñez a su padre en expediciones militares y fue en una de ellas
donde recibió el sobrenombre cariñoso de Calígula (proveniente de las
cáligas de los legionarios, con un significado parecido a 'pequeña
sandalia'). Cuando su padre murió, fue enviado a Capri y las relaciones
con Tiberio se resintieron; sin embargo, antes de su muerte, este ordenó
que el imperio fuera gobernado de manera conjunta por Calígula y
Tiberio Gemelo.
Por supuesto, no tardó mucho en eliminar a Gemelo del mapa y pasó a gobernar en solitario el imperio más grande que ha existido, sin ninguna clase de experiencia previa porque había vivido su infancia encerrado en una burbuja. Tenía tan solo 24 años.
En los albores, un emperador amado
Para
algunos será sorprendente, pero lo cierto es que el comienzo de su
reinado fue prometedor. No solo porque era hijo de Germánico, adorado
por el pueblo, sino porque Tiberio había sido detestado por todos.
Puso fin a los juicios por traición instituidos por Tiberio, abolió los
impuestos injustos, ofreció amnistías, organizó juegos de gladiadores y
carreras de carros e intentó reformar la sociedad acabando varias
construcciones que había iniciado su predecesor, mejorando la estructura
portuaria o comenzando nuevos acueductos. Incluso construyó un
anfiteatro en Pompeya.
Sin
embargo, aunque en ese primer momento pareció mejorar la situación de
la población, su reinado coincidió con un grave periodo de hambruna y
algunas de las clases altas se mostraron un poco preocupadas por cómo
desperdiciaba sus recursos en 'caprichos' tales como la construcción de
dos barcos gigantes para su uso personal, una estatua en su honor en el Templo de Jerusalén o la ampliación del palacio imperial.
La enfermedad
Seis
meses después de comenzar su reinado, durante el otoño del año 37 d.C.,
el emperador cayó gravemente enfermo. No hay un consenso claro de lo
que le sucedió: quizás una crisis nerviosa, una encefalitis, hipertiroidismo,
demencia o incluso problemas agravados de una epilepsia que sufría
desde niño. Además, no dormía más que tres horas al día y pasaba las
noches esperando la llegada de la luz. Tras superar la enfermedad, llegó
el reinado del terror.
Aunque
algunos apuntan que el emperador tenía claras tendencias psicopáticas,
otras voces han señalado que fue su enfermedad la que cambió su
comportamiento, provocando que el resto de su reinado estuviese marcado por la paranoia
y el malestar. De cualquier forma, parece que de sus labios salió la
famosa frase "recuerda que todo me está permitido, incluso con las
personas", lo que podría explicar que su reinado estuvo fuertemente
marcado no solo por el sadismo, sino por un pulso constante contra las
élites del Senado para demostrar que, al contrario que Tiberio, era él
quien mandaba y en su imperio no se ponía el sol.
El emperador y sus locuras
Son
de sobra conocidos los excesos de Calígula. Muchos otros emperadores
han pasado a la historia por su carácter despótico y cruel, desde Nerón a
Caracalla, pero los efímeros cuatro años de reinado de Calígula
son unánimemente recordados como los peores. Suetonio y otros hablan de
anécdotas absurdas que demostrarían la locura y demencia del joven
emperador, que paseaba a caballo con la coraza del mismísimo Alejandro Magno,
pues la había robado de su tumba. Una de las más famosas es la de
Incitatus, su caballo favorito, al que supuestamente regaló una casa y
proclamó cónsul. Sin embargo, más allá de la lectura de la demencia,
también podría interpretarse de nuevo como una humillación a sus
oponentes, mediante una broma que demostraría que un caballo podría
hacer el trabajo mejor que ellos.
Pese
a ser hijo de Germánico, Calígula no despuntó precisamente por su
destreza militar, como demuestra su famoso episodio en Gran Bretaña.
Según cuenta Suetonio, cuando las tropas se negaron a cruzar el mar, el
emperador obligó a los soldados a recoger conchas en la playa. Más que
una locura, podría ser un castigo por desobediencia. En realidad, según
explica 'The Collector',
no se sabe a ciencia cierta si la historia no se ha desdibujado con el
tiempo, embellecida o quizá malinterpretada por Suetonio. El término
latino 'musucula' podría no referirse a 'concha' sino a 'tiendas de
campaña', menos fantasiosas pero más útiles. Y, al fin y al cabo, mejor
es recoger una concha o montar una tienda de campaña que lo que era la
práctica habitual contra los que se rebelaban: diezmar, es decir, matar a
uno de cada 10 hombres.
Por supuesto, además de su megalomanía absoluta y su sadismo
(gustaba de ver torturar a sus enemigos), otro de los rasgos más
famosos de Calígula fue su sed sexual. Se le acusó de acostarse con las
esposas de sus súbditos (tuvo muchísimas amantes y cuatro esposas),
violó a Livia Orestila en su propia ceremonia de esponsales, se casó con
ella y la repudió al cabo de unos días, y también se le acusó de
sodomía. En cuanto a las relaciones incestuosas con sus hermanas (a su
favorita, Drusila, la proclamó diosa a su muerte), no hay un verdadero
consenso. Por ejemplo, Filón de Alejandría (que conoció en vida a
Calígula) nunca menciona esos incidentes, pero sí lo hace Tácito, que
nació 15 años después de la muerte del emperador. Algunos apuntan quizás
a su obsesión por Oriente, pues al fin y al cabo las relaciones con sus
hermanas no difieren mucho de esa idea egipcia de preservar la pureza
sanguínea, algo que podría verse igual con el linaje Julio-Claudio.
Sea como fuere, es innegable que los excesos sádicos, narcisistas
y psicopáticos de Calígula, así como su mala gestión, propiciaron la
caída de un emperador que tan solo reinó durante cuatro años, pero que
provocó la ruina de Roma. La cuestión quizá sería si realmente sus
terribles actos fueron propiciados por la locura que generalmente se le
achaca al personaje. Desgraciadamente, es una figura muy controvertida y
ni siquiera sus biógrafos posteriores pudieron ponerse de acuerdo en
ello. Séneca el joven le describe como un demente, pero (insiste) debido
al paso de los años y la arrogancia, que le llevó a creerse un dios, y
su testimonio podría no haber sido muy objetivo, pues el propio
emperador le condenó a muerte por tratar de conspirar contra él. Filón
de Alejandría asegura que experimentó un cambio de carácter tras su
enfermedad y Juvenal habla de que una poción que bebió lo volvió loco.
A
su muerte, fue proclamado emperador su tío Claudio, que según la
leyenda fue encontrado escondido tras una cortina al más puro estilo
Polonio en 'Hamlet'.
Era cojo y tartamudo, y durante toda su vida le habían tratado como a
un tonto debido a sus problemas físicos. Sin embargo, también era un
brillante estudiante, gobernante y estratega militar, y fue amado por
todo el pueblo, que había tenido dos experiencias anteriores un poco
decepcionantes.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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