Em artigo publicado pelo Instituto Cato, o professor Alberto Benegas Lynch (h) descreve o enfoque de seus livros, ensaios e artigos: delinear e explorar a tradição do pensamento liberal:
Estoy
hablando de mi persona. En mis libros, ensayos y artículos he centrado
mi atención en el aspecto medular de la tradición de pensamiento
liberal, es decir, en el respeto recíproco como marco de referencia
indispensable para la convivencia civilizada. Parece increíble que mis
grandes maestros hayan destinado tomos y tomos para explicar la
trascendencia del respeto.
Hace
tiempo en uno de mis primeros libros fabriqué una definición que veo
con satisfacción que algunos distinguidos colegas la citan: “el
liberalismo es el respeto irrestricto al proyecto de vida de otros”. Y
cuando decimos respeto para nada estamos significando adhesión, respeto
proviene de respectus en cuanto a consideración, en nuestro caso la
improcedencia de recurrir a la fuerza para modificar los proyectos que
no compartimos. Más aun, subrayamos que la prueba clave de tolerancia es
cuando estimamos que el proyecto del prójimo nos parece detestable.
Siempre que no se vulneren derechos de otros, todos deben tolerarse
aunque, repetimos, la expresión respeto es más adecuada que tolerancia
puesto que esta última tiene cierto tufillo inquisitorial en el sentido
que perdonamos a otros que están equivocados.
En
este contexto debe precisarse que el liberalismo centra su atención en
las relaciones interindividuales, por eso juristas de la talla de Gerog
Jelliek sostenían que “el derecho es un mínimo de ética” al efecto de
subrayar que el territorio ético es mucho más amplio y abarca la
conducta personal de cada uno, una esfera que, como queda dicho, no le
incumbe al liberalismo.
Lo
consignado desde luego no significa que el individuo liberal esté vacío
de valores (o desvalores) y, por tanto, tampoco significa que no
critique concepciones que no comparte. Como es sabido, las críticas
cruzadas constituyen la herramienta fundamentalísima para el progreso
que inexorablemente implica el contraste y la refutación de
conocimientos.
En
mis textos he citado repetidamente a los grandes maestros del
liberalismo pero en esta nota aludo a mi fuero interno. Tengamos
presente que cada uno de los seres humanos somos únicos, irrepetibles en
toda la historia de la humanidad de modo que la estructura axiológica y
la consiguiente filosofía de cada uno cuanto más se indaga se comprueba
que es especial y particular y no calza en ninguna etiqueta pues de
todas ellas cada cual extrae sus acuerdos y rechaza los desacuerdos para
transformarla en la referida unicidad. Incluso como estamos en un
proceso evolutivo, pretendemos que nuestras conclusiones mejoren a
medida que nos percatamos de errores anteriores. Y en un plano más
amplio, si queremos darle un nombre a nuestra postura esta es del
autorrespeto en el sentido de esforzarnos por actualizar nuestras
potencialidades en busca del bien y así poder mirarnos al espejo con la
tranquilidad de conciencia de haber hecho lo mejor y corregir lo que no
hagamos bien.
Finalmente,
para mencionar al correr de la pluma los autores que en mi caso me han
inspirado para mi fuero interno en cuanto al cultivo de valores,
distintos de los tantos que me han inspirado para la noble tradición
liberal que está en ebullición permanente donde se descubren nuevos
horizontes, por eso me resulta tan atractivo el lema de la Royal Society
de Londres: nulllius in verba, esto es, no hay palabras finales en esta
navegación permanente por los mares de la aventura del pensamiento.
Por
lo que pudiera interesar, como una muestra, algunos de los autores que
alimentan mi fuero interno que no centran su atención en el respeto
interpersonal sino que extienden sus consideraciones al campo
intrapersonal son Viktor Frankl, Gustave LeBon, Lecomte du Noüy, José
Ortega y Gasset, Franz Brentano, Paul Johnson, Hannah Arent, John
Eccles, Frederick Copleston, Aldous Huxley, Miguel de Unamuno, Ernst
Gombrich, Leonard Read, Spencer Wells, Edward Flannery, Elisabeth
Kübler-Ross, Helmut Schoeck, Antony Flew, Juan de Mariana, Sto. Tomás de
Aquino, Ismael Quiles, Juan José Sanguineti, John Powell, Keith Ward.
Este artículo fue publicado originalmente en El Instituto Independiente (EE.UU.) el 20 de septiembre de 2020.
BLOG ORLANDO TAMBOSI

Nenhum comentário:
Postar um comentário