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Más que una autobiografía, el libro es una reflexión sobre las distintas facetas que ha desempeñado el autor a lo largo de más de medio siglo. Rafael Núñes Florencio para El Cultural:
El
historiador suele ser un profesional que rehuye ponerse en el foco para
dejar el protagonismo a su obra y parapetarse detrás de ella. Por
exigencias de su trabajo, valora el planteamiento empírico, los datos
concretos, producto por lo general de un paciente y callado rastreo en
archivos, hemerotecas y bibliotecas.
No
suelen ser muchos los historiadores que logran romper ese techo de
discreción y ser reconocidos y celebrados fuera del ámbito estricto de
sus colegas. En el contexto español, Ángel Viñas
(Madrid, 1941) es indudablemente uno de ellos, miembro destacado de
esta selecta minoría.Lo es por méritos propios. En un medio cultural tan
cainita como el español y ahora tan polarizado –en consonancia con los
tiempos que corren– no es extraño que a Viñas se le regateen o incluso
se le nieguen los méritos antedichos.
Bien
es verdad que no es ajena a esa actitud hostil la propia impronta de
Viñas y su obra en, al menos, tres vertientes: su concepción de la
historia, imbuida de sentido militante o, como poco, fuertemente
comprometida con la lucha progresista; su insistencia en temas siempre
polémicos –el oro de Moscú, la decisiva ayuda nazi-fascista a Franco,
las responsabilidades criminales de la dictadura, concretadas incluso en
la persona del Caudillo– y, en tercer lugar, la actitud polémica de
Viñas, buscando en el cuerpo a cuerpo con sus detractores, tildados de
revisionistas o negacionistas.
Por
todo ello resulta congruente y revelador que el título que ha elegido
para sus memorias represente, como él mismo admite en la “presentación”,
algo más que un guiño a la famosa trilogía de Arturo Barea: si se
permite la síntesis, bien podría afirmarse que en estas páginas se
desgrana el itinerario vital y, sobre todo, intelectual de un
“historiador rebelde”, un estudioso que sin dejar nunca el rigor ha
puesto todo su esfuerzo y sus descubrimientos al servicio de unos
ideales políticos que configuran una razón de vida.
Pero
el retrato de Viñas no quedaría completo si no se enfatizara que su
persona y su obra trascienden con mucho la concepción convencional (por
lo menos en España) del ámbito historiográfico.Viñas es además
economista, diplomático y técnico comercial, ha desarrollado una larga y
exitosa carrera en la Administración como funcionario especializado, ha
participado en decisivas negociaciones políticas internacionales de
alto nivel y, en fin, atesora una experiencia extraordinaria después de
su paso por embajadas y centros políticos europeos y americanos.
Un
currículum que ningún historiador de su generación –y aún de las
siguientes– puede siquiera igualar. No es extraño con esos antecedentes
que se insista desde el principio en que este libro no es “una
autobiografía al uso”. ¡Si hasta incluye unas páginas de bibliografía y
un anexo documental, disponible mediante código QR!
Se
constata así que el autor no puede desprenderse de su dependencia de
los “papeles”, es decir, los documentos que certifican los hechos e
interpretaciones. Esta actitud es quizá la constante más evidente en la
obra de Viñas.
El
recorrido que hace de su dilatada y fecunda trayectoria se estructura
en un total de veintiún capítulos distribuidos en cinco bloques en un
orden cronológico –aunque no estricto– que parte de la niñez y juventud y
arriba al momento actual, demorándose en los cargos desempeñados, las
tareas acometidas y los temas que le han interesado de la trayectoria de
España.Más que ante unas confesiones, en el sentido usual del término,
estamos ante una profunda reflexión sobre las distintas facetas teóricas
y prácticas que ha desempeñado el autor a lo largo de más de medio
siglo.
Postado há 8 hours ago por Orlando Tambosi
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