A maioria dos que se opõem à vacina nos EUA é trumpista, embora Trump tenha se empenhado contra a Covid. Artigo de Carlos Alberto Montaner para o Instituto Independiente:
Donald
Trump no se opone a las vacunas contra el coronavirus. Incluso, empeñó a
su administración en lograrlas en un tiempo récord, pero esa verdad no
niega otra: casi todos los negacionistas son trumpistas. ¿Por qué se
oponen a que las personas se vacunen? Es un misterio insondable. ¿Acaso
porque hay una actitud anticientífica en el trumpismo? Es probable. Casi
todos los trumpistas niegan el cambio climático (y casi todos los
trumpistas que lo admiten, afirman que nada de lo que se haga puede
impedirlo). ¿Tal vez porque hay un concepto equivocado del
individualismo? Pues sí: no tengo idea de cómo se llega a la conclusión
de que la posesión de un AK 47 hace a los bípedos más cercanos al
individualismo, pero la mayor parte de los trumpistas invocan la Segunda
Enmienda.
Creo
en la libertad de que todos los adultos hagan de su capa un sayo, pero
siempre que no comprometan a los demás seres humanos en su decisión. Me
parece admisible el matrimonio de las personas del mismo sexo, o el
derecho sobre el uso que se le da al propio cuerpo -embarazos, abortos,
prostitución, drogas, alcohol, cigarrillos y otras estupideces-, pero
no vacunarse puede ser letal, entre otros, para los adultos de la
tercera edad. A la sociedad, por medio del Estado, le asiste todo el
derecho a hacer la vacuna obligatoria. De la misma manera que,
prácticamente nadie en su sano juicio, objeta que se pongan límites a la
velocidad en que se desplazan los autos en las carreteras, debería ser
de ineludible cumplimiento inocularse contra el Covid.
CNN
encargó una encuesta sobre el liderazgo de Trump sobre los republicanos
y encontró que una mayoría lo prefiere como candidato en el 2022. El
51% lo desea en la boleta frente al 49% que desea una cara menos
vulnerable. Sospecho que la empresa de comunicación hubiera preferido
otra respuesta menos positiva para el expresidente, pero dice mucho de
su compromiso con la verdad el hecho de que publique su hallazgo. (Dicho
sea de paso, dado que en el periodismo de Estados Unidos es importante
revelar toda la información, yo trabajo para CNN en español).
No
creo que Donald Trump sea el candidato de los republicanos. Tendrá 78 o
79 años cuando le llegue la hora de gobernar. La edad que hoy tiene Joe
Biden. A los 75 años, como dicen los mexicanos, se da el «viejazo».
Hace tres años, a partir de ese momento, me ocurrió todo. No en balde,
los obispos católicos renuncian a sus cargos a los 75 años mediante una
carta dirigida al Santo Padre. Y los cardenales dejan de elegir al papa a
los 80. No creo que en el 2022 Biden sea tampoco el candidato de los
demócratas. Alentará que se presente un nuevo aspirante a las primarias.
Tal vez sea Kamala Harris. Tal vez alguien diferente, como la senadora
Amy Klobuchar. O tal vez sea Gavin Newsom, Gobernador de California y
Comandante de la Guardia Nacional, quien acaba de ganar un referéndum
revocatorio contra el trumpismo más rancio. Casi duplica la votación de
los republicanos. California no sólo es el estado más poblado de la
nación: el país se parece cada vez más a ese Estado.
Tras
las próximas elecciones para elegir a toda la Cámara y a un tercio del
Senado comenzará la grande y verdadera disputa. Para esa fecha estará
lista la acusación contra Trump por evasión de impuestos y -lo que es
más grave- por tratar de dar un golpe de Estado el 6 de enero de del
2021, tal y como aseguró Gina Haspel, directora de la CIA en esa época
turbulenta, como si Estados Unidos fuera una república bananera.
Afortunadamente, Mike Pence, el vicepresidente, ex gobernador de
Indiana, se negó a la barbaridad que le pedía irresponsablemente Donald
Trump, y que hubiera precipitado el país en una guerra civil. Pence
certificó lo que había ocurrido: no hubo fraude. Joe Biden ganó el voto
electoral (306 por 232). Además, obtuvo una ventaja de siete millones de
votos en la contienda. Como periodista, he conocido a infinidad de
personas que, por desidia, no han ejercido su derecho al voto, pero
jamás me he tropezado con uno de esos millones de extranjeros que
sufragan por los demócratas sin tener derecho a ello, como suelen acusar
Trump y los trumpistas. Insisto en la palabra: jamás.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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