Ian Vásquez, do Instituto Cato,
afirma que as revelações que a Justiça brasileira fará a partir de
junho nos mostrarão que o que conhecemos até agora é a ponta do iceberg.
Trata-se, de fato, do "maior caso de suborno internacional da
história". O lulopetismo que o diga:
Cuando Brasil revele a
principios de junio los nombres de los funcionarios y políticos en 11
países sobornados por Odebrecht, paralizará aun más a varias de esas
naciones. Provocará además nuevas preguntas acerca del funcionamiento y
naturaleza de lo que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha
llamado “El caso de soborno internacional más grande de la historia”.
Estamos por darnos cuenta de que lo que sabemos de Odebrecht es
solamente la punta del iceberg.
Lo que sabemos es que
desde la década pasada la empresa constructora brasileña Odebrecht pagó
miles de millones de dólares en coimas para ganar contratos
multimillonarios de infraestructura y obras públicas en 12 países (diez
en América Latina y dos en África). Así llegó a corromper a la
administración y a las finanzas públicas, a la justicia y a los partidos
y campañas políticas a lo largo de la región.
Sabemos también que
la empresa y los políticos involucrados se enriquecieron con el apoyo
oficial e ilícito del Estado brasileño. A través de Petrobras se ganaron
contratos de manera ilegítima, y a través del banco estatal de
desarrollo BNDES se apoyaron numerosos proyectos financieramente
cuestionables. Tal como documentó Mary O’Grady del Wall Street Journal,
para el 2014, el apoyo financiero del banco a Odebrecht fuera de Brasil
se disparó a US$1.000 millones.
Mucho de lo que
sabemos se debe al acuerdo judicial entre Odebrecht y el Departamento de
Justicia de EE.UU. que se dio a conocer en diciembre. Sin embargo,
Leonardo Coutinho, editor de la revista brasileña Veja y uno de los
principales periodistas que investiga el caso, sugiere que ese acuerdo
podría estar “lejos de representar la real dimensión” del asunto.
Basándose en otros
testimonios más recientes de ejecutivos de Odebrecht, por ejemplo,
Coutinho toma nota de que entre el 2006 y el 2014 la empresa pagó
US$3.300 millones en sobornos. Pero en algún momento, el valor de las
coimas empezó a sobrepasar el valor de las ganancias de la compañía.
Documenta Coutinho que en el 2006, Odebrecht pagó US$60 millones en
coimas y lucró US$59 millones. En el 2011, desembolsó US$520 millones en
sobornos, pero solo obtuvo una ganancia neta de US$24 millones. En el
2013, los pagos ilegales llegaron a US$730 millones, más de tres veces
el valor de las ganancias. Las coimas en el 2014 (US$450 millones) más
que duplicaron el lucro.
¿Dónde se originó ese
dinero y para qué sirvió? Parece que para mucho más que lo que hasta
ahora se reconoce. El análisis de Coutinho sugiere que Odebrecht podría
haber sido una estructura para el lavado de dinero a gran escala. Podría
además haber sido usado para fines ideológicos. Odebrecht hizo pagos
ilícitos a todo tipo de políticos y gobiernos en la región, pero, según
Coutinho, fueron los gobiernos de izquierda los que utilizaron este
financiamiento de la manera más astuta.
Odebrecht financió la
campaña presidencial de Mauricio Funes, quien abrió las puertas para
que el FMLN se apoderara nuevamente de El Salvador. Allí y en el Perú,
Venezuela y Colombia, se enviaron asesores políticos cercanos al
presidente brasileño Lula da Silva y se desembolsaron dineros sucios de
Odebrecht. El Ecuador de Correa y la Argentina de los Kirchner
recibieron US$33 millones y US$35 millones, respectivamente. Y no solo
fue Odebrecht sino otras empresas brasileñas que hacían lo mismo con el
respaldo del sistema político brasileño. Estamos por descubrir cuáles
otros países, bancos, abogados y demás individuos e instituciones hasta
ahora no vinculados a este escándalo también caerán.
Pese al aspecto
ideológico, coincido con Coutinho cuando describe el asunto como “una
estrategia político-criminal para llegar a, y principalmente perpetuarse
en, el poder”. Ojalá que la condena que pronto recibirá Lula en las
cortes brasileñas acelere las investigaciones sobre la corrupción
continental que floreció bajo su liderazgo.
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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