domingo, 1 de outubro de 2023

Walter Isaacson, biógrafo: "Musk tem várias personalidades. Às vezes é divertido. Às vezes entra em 'modo demônio'".

 

BLOG  ORLANDO  TAMBOSI

Isaacson foi a sombra do fundador da Tesla e dono do Twitter durante dois anos. Ao longo de 700 páginas, o autor de biografias monumentais como a de Steve Jobs traça o perfil do magnata, um homem que quer levar os humanos a ser uma espécie multiplanetária. Entrevist a Miguel Jiménez, do El País:


Elon Musk tuiteó en agosto de 2021 que Walter Isaacson estaba escribiendo su biografía. El trato, según cuenta el escritor, fue pasar dos años a su lado, asistiendo a todo tipo de reuniones, convirtiéndose por momentos en su sombra, teniendo acceso a su círculo íntimo y a muchos de sus mensajes de texto y comunicaciones, pero, al tiempo, sin que el magnate tuviera ningún control sobre el libro ni pudiera leerlo por adelantado.

El resultado de su trabajo ha sido Elon Musk, una biografía de casi 700 páginas sin más título que el nombre propio de su protagonista, fundador entre otras cosas de la empresa de coches eléctricos Tesla, de la compañía de satélites y cohetes SpaceX y, desde octubre del año pasado, dueño de Twitter, ahora X.

Isaacson pasa la mayor parte del tiempo en su casa de Nueva Orleans, la ciudad donde nació en 1952, pero recibe a EL PAÍS en su amplio y elegante piso de Nueva York, en la zona más noble de Central Park West. Fuera, miles de personas pasan un tórrido día festivo en el parque. Sobre la mesa del salón, hay un libro de gran formato que reproduce el manuscrito de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y otro con las pinturas y dibujos completos de Leonardo DaVinci, protagonistas de dos de sus monumentales biografías. Su especialidad, o su obsesión, son “los innovadores”, título de otro de sus libros, la gente que ha hecho cambiar el mundo, sean figuras históricas o personajes de nuestra época

Fue periodista (de otra manera, lo sigue siendo), director de la revista Time, presidente de la CNN y del Instituto Aspen. Su biografía de mayor éxito hasta ahora ha sido la de Steve Jobs, el fundador de Apple, publicada justo después de su muerte. Elon Musk está llamado a ser otro superéxito, pues su visionario protagonista despierta odios y pasiones, especialmente desde que compró Twitter, y Isaacson ha sido un testigo privilegiado de sus extravagancias y genialidades. Salvo por algunos fragmentos, la editorial lo ha guardado en secreto hasta el día de su publicación, este 12 de septiembre en Estados Unidos y este jueves 14 en España. La entrevista, por tanto, se desarrolla sin haber podido leer aún el libro íntegro.

Usted es conocido como el biógrafo de los genios. Ha publicado con gran éxito biografías de Leonardo DaVinci, Albert Einstein, Jennifer Doudna, Steve Jobs... ¿Juega Elon Musk en esa liga?

Elon Musk es, junto a Steve Jobs y Jennifer Doudna, el innovador más influyente de nuestro tiempo. Steve Jobs nos llevó a la era digital, Jennifer Doudna a la era de la edición genética. Y Elon Musk nos está llevando a la era de los vehículos eléctricos, los viajes espaciales y la inteligencia artificial.

¿Cómo influye la vida personal de Musk, especialmente su infancia, en su biografía?

Tuvo una infancia muy dura. Aprendió a lidiar con el dolor y a amar el drama que le inculcó su padre. De niño sufrió acoso escolar y su padre se puso del lado de los acosadores, así que a lo largo de su vida Musk ha tenido estos oscuros demonios. A veces las grandes personas tienen oscuros demonios en su cabeza y son capaces de canalizarlos para convertirlos en sus motores.

¿Qué impulsa a Musk a explorar nuevas fronteras?

Hay tres grandes misiones que le impulsan. La primera es convertir a los humanos en una especie multiplanetaria. En segundo lugar, quiere llevarnos a la era de los vehículos eléctricos y la energía sostenible. Y tercero, quiere que la inteligencia artificial sea segura. Son misiones grandes y épicas. A veces creo que se engaña a sí mismo, como con un complejo de superhéroe, pero sí creo que le mueven esas misiones. Me contó que leía cómics de superhéroes cuando era niño. Decía que parecían ridículos porque llevaban los calzoncillos por fuera y vestían raro, pero que al menos intentaban salvar el mundo.


¿Cuál es el rasgo que más destacaría de su personalidad?

Tiene múltiples personalidades y cambia de una a otra. A veces, es divertido. Otras, está concentrado. Otras, se pone en modo ingeniero y lo hace muy bien. Y otras veces entra en lo que su exnovia y otros llaman “modo demonio”, en el que está oscuro y enfadado y es horrible con la gente que le rodea. Y después, sale del modo demonio y apenas recuerda lo que hizo en ese modo. Su exnovia Claire Boucher, la artista conocida como Grimes, dice que no le gusta estar cerca de él en modo demonio, pero que es con el que saca adelante las cosas.

Y el dinero, ¿hasta qué punto le importa?

No creo que esté motivado por el dinero. Si lo estuviera, no habría montado una empresa de cohetes o de coches eléctricos ni habría comprado Twitter. Persigue esas grandes misiones y, por el camino, ve cuál es una buena estrategia para financiarlas. Por ejemplo, quiere llevar a los humanos a Marte, así que necesita grandes cohetes. Tras decidir que esa era su visión, se dio cuenta de que podía lanzar cientos de satélites y recrear internet en el espacio. Y así es como está haciendo dinero. Pero no creó la empresa de cohetes para ganar dinero, sino para llegar a Marte.

Starlink ha levantado preocupaciones por el hecho de que el acceso a Internet por satélite, especialmente en la guerra de Ucrania, esté en manos privadas. ¿Qué opina al respecto?

Me sorprendió que cuando los rusos invadieron Ucrania que todas las demás compañías de satélites fueran bloqueadas por los rusos y ni siquiera los satélites de inteligencia de Estados Unidos funcionaban. Solo los de Elon Musk funcionaban. En el libro, se cuenta que una vez que utilizó Starlink y lo apagó sobre Crimea para intentar detener un ataque secreto con drones en Crimea, se dio cuenta de que no debía tener tanto poder. Así que creó algo llamado Starshield, que lo vende a las fuerzas armadas de EE UU, que deciden cómo utilizarlo. Así que las historias de que él tiene todo ese control y no renuncia a él son incorrectas. Él decidió permitir que la tecnología se pusiera en manos del ejército estadounidense, de modo que no fuera solo su decisión.

Usted ha escrito biografías sobre personajes históricos o al final de sus careras, pero en el caso de Musk, hay titulares en los periódicos todos los días. ¿Cómo condiciona eso su trabajo?

Me sentía como en una montaña rusa, pero después de un tiempo me di cuenta de que entendía cómo funcionaba la mente de Musk y lo que le impulsaba. Por eso creo que, incluso con todas las cosas que va a hacer en los próximos años, el libro ayuda a explicar exactamente quién es.

SpaceX ha logrado un gran éxito con cohetes reutilizables para lanzar satélites, pero ¿cree que va en serio esa visión de que la humanidad solo sobrevivirá como una civilización multiplanetaria? ¿Hay la menor posibilidad de que haya un millón de personas viviendo en Marte en 2050, como él dice?

No creo que consigamos una comunidad en Marte en los próximos 20 años. Pero es la persona con más posibilidades de llevarnos allí en algún momento.

Elon Musk no deja indiferente. Lo amas o lo odias, ¿ha caído usted en algunos de esos dos grupos?

No, hay tantas versiones diferentes de Elon Musk que algunas me resultan simpáticas, supongo. Y otras me dan escalofríos. Mi trabajo solo es contar las historias. Voy a dejar que el lector decida lo que piensa de él y supongo que el lector se dará cuenta de que hay ciertos aspectos y personalidades de Musk que son totalmente impresionantes. Y algunos aspectos que son totalmente espantosos. Pero cuando lea toda la historia podrá juzgar qué le parece en conjunto.

¿Se ha formado usted algún juicio moral al respecto?

Eso se lo dejo al lector. Yo estoy contando la historia. Cuando era pequeño, tenía un tío que me decía que de Luisiana salían dos tipos de personas: los predicadores y los contadores de historias. En el mundo hay demasiados predicadores. Así que no estoy aquí para hacer juicios morales, sino para contar las historias y lo hago con sinceridad, no lo endulzo. Y él no ha tenido control. Si hace cosas buenas y malas, las cuento.

Usted dice que comprar Twitter ha sido una forma para él de convertirse en el rey del patio.

De pequeño le pegaban en el patio todo el rato. Twitter es el patio de recreo por excelencia para todo el mundo. Es donde la gente viene a intercambiar ideas, a jugar y a presumir. Pero en Twitter, la gente inteligente consigue seguidores, no les aplastan la cabeza contra los escalones como le pasó a Elon cuando era niño. Creo que cada vez que entra en un lugar oscuro, no solo vuelve al patio de recreo de su infancia, donde le pegaban todo el tiempo, sino también a su padre, que se puso del lado de los matones. Y se vuelve muy oscuro. Twitter le ha dado la oportunidad de ser el dueño del patio.

¿Cómo es su estilo de gestión? ¿Puede explicar cómo chocó con la cultura de Twitter?

Es un gestor muy duro a veces. Twitter era una empresa muy agradable. Todo el mundo se cuidaba. Si te sentías mal, te tomabas un día de salud mental. Les importaba la seguridad psicológica. Musk no se preocupa por eso. Musk cree en ser hardcore, en ir a por todas con una intensidad maníaca. Si siente que la gente no se esfuerza, pone a todo el mundo a trabajar 24 horas. Y él no es empático, no le importa que se sientan bien los trabajadores o la gente a su alrededor. Se preocupa por la misión. Para él, si tienes mucha empatía y te preocupas mucho por la gente que tienes delante, significa que no vas a presionar lo suficiente para llevar a cabo la misión. Yo no sería así, no era así cuando dirigía Time, pero he intentado describir por qué es su estilo.

¿Le ve algún sentido a todo el asunto de la pelea en la jaula con Mark Zuckerberg? ¿Es una broma?

Es una broma total. Es una metáfora. No va a entrar en una jaula para pelearse con Mark Zuckerberg. Tiene un sentido del humor de colegial en el que trolea a la gente. Hace bromas. Y otras personas no entienden que una de sus personalidades es la de un bromista juvenil.

Usted escribe en su libro sobre las reuniones de Musk y su relación con Bill Gates o Jeff Bezos.

Musk admiraba a Bill Gates y los inicios de Microsoft. Siempre usó Microsoft en lugar de software abierto y admiraba que era como él, muy duro, no muy empático, intenso en el trabajo. Pero cuando Gates le quiso convencer de que donase dinero contra el cambio climático, supo que a la vez estaba vendiendo acciones de Tesla en corto, para ganar dinero si bajaba en Bolsa, pensó que Gates era un imbécil, que decía estar contra el cambio climático, pero minaba la inversión en Tesla. Semanas más tarde, Gates intentó volver a ponerse en contacto y le dijo: “Aquí hay un plan para ti. ¿Podemos hablar de ello? " Y todo lo que Musk contestó fue: “¿Todavía estás apostando contra Tesla?”. Gates le enseñó el mensaje a su hijo Rory, que estaba con él. Rory le dijo: “Di que sí, y luego cambia de tema”, y eso es lo que Bill trató de hacer. Dijo: “Sí, lo estoy. Pero hablemos del cambio climático” y Musk rechazó tratar el tema por esa razón.

¿Con Bezos la relación es de competencia?

PÉl compite con Bezos, pero cree que es genial que Bezos esté haciendo cohetes. Creo que intenta presionarle para que sea más competitivo. Piensa que Bezos pasa demasiado tiempo de vacaciones y por eso no ha sido capaz de poner un cohete en órbita, pero en realidad creo que Musk admira a Bezos por intentarlo y desea que tenga más éxito con su compañía de cohetes.

Hábleme de las opiniones de Musk sobre la inteligencia artificial.

De niño Musk leía ciencia ficción, historias de robots de Isaac Asimov y de cómo asegurarse de que los robots no dañaran a los humanos. Al principio, cuando se creó Deep Mind, se reunió con los fundadores y los inversores, pero se enfadó mucho cuando vendieron Deep Mind a Google porque había hablado de inteligencia artificial con Larry Page y creía que no se preocupaba lo suficiente por la seguridad. Entonces es cuando Musk decide fundar Open AI con Sam Altman. Trabajan juntos un tiempo, pero a Musk no le gusta compartir el poder y acaban rompiendo. A principios de este año, recibí un mensaje de Musk, diciendo que teníamos que hablar. Acababa de estar con él una semana en Texas, pero volé de regreso y estuvimos en la casa de una de sus amigas, Shivon Zilis, madre de dos de sus hijos. Ella había estado trabajando en inteligencia artificial porque trabaja en Neurolink, una empresa de Musk que implanta chips en el cerebro para que podamos comunicarnos mejor con los ordenadores. Musk cree que al estar más vinculados a nuestros ordenadores, estos no irán por libre para intentar hacernos daño. Así que hablamos de eso mucho tiempo y fue cuando me dijo que iba a fundar X AI, una empresa de inteligencia artificial.

¿Qué quiere hacer con ella?

Tiene varios frentes Uno va a ser un chatbot, como el de Open AI. Además, su IA podrá escribir código informático. También quiere responder a las superpreguntas. Cuando era joven, leyó Guía del autoestopista galáctico. En ese libro, había un ordenador que se suponía que debía abordar la cuestión de la vida, el universo y lo que todo significaba y creo que está demasiado influenciado por eso. Y, por último, a diferencia del chatbot con el que todo el mundo está entusiasmado, Musk cree que lo que realmente cuenta es la IA del mundo real, es decir, máquinas que puedan operar en el mundo físico, como robots y coches autónomos. No solo una gran inteligencia artificial de modelos lingüísticos, sino una del mundo real. Eso significa procesar no solo palabras, sino cosas visuales como calles y plantas de fábricas. Con los coches autónomos, tiene todos estos datos, como mil millones de fotogramas al día que provienen de los coches Tesla. Quiere crear no solo una gran inteligencia artificial de modelos lingüísticos, sino una inteligencia artificial del mundo real que pueda operar en el espacio físico.

Para preparar la entrevista, he estado leyendo sus libros, los extractos de la biografía de Musk, escuchando sus intervenciones y trabajando un par de fines de semana. Luego, le pedí a ChatGPT que me sugiriera 20 preguntas para esta entrevista y tardó menos de un minuto. Y no estaban mal. ¿Está mi trabajo en peligro?

Musk quiere asegurarse de que estamos conectados a la máquina muy estrechamente. Para que nosotros aportemos la creatividad, la imaginación, y ellos la capacidad de procesamiento de los datos. Ciertamente, habrá puestos de trabajo en peligro como cuando se inventaron los cajeros automáticos en los bancos y las gasolineras de autoservicio. Pero Musk cree que la combinación de la creatividad humana y el poder de procesamiento de las máquinas siempre será más poderosa que las máquinas solas o los humanos solos.

¿Y el suyo? ¿Será la inteligencia artificial capaz de escribir una buena biografía de Nikola Tesla o Isaac Newton?

La inteligencia artificial será capaz de recopilar datos que ya han sido creados por personas, como información sobre Isaac Newton, pero diría que en un futuro previsible los humanos seguirán siendo mejores para hacer narraciones con empatía. Imagino que en 10 o 15 años habrá libros narrativos escritos por inteligencias artificiales. Pero una cosa que yo hago es reunir información nueva. En otras palabras, no, ninguna máquina ha estado sentada al lado de la Starship a las 3.00 de la mañana, mientras Musk da vueltas tratando de descifrar el motor Raptor y yo estoy allí y tomo notas. Pasará mucho tiempo antes de que tengamos robots que puedan solos ir por ahí, observar cosas y tomar notas.

¿Está trabajando ya en algún nuevo proyecto? ¿Qué biografía le gustaría escribir?

Suelo ir y venir entre gente viva y gente de la historia. Ha sido tal la montaña rusa ahora que me he dicho: voy a hacer la de alguien que lleve muerto 200 años. Después de Steve Jobs, decidí hacer a alguien que llevase muerto 500 años, así que lo hice, con Leonardo. Ha sido una experiencia bastante salvaje con Elon, así que creo que es hora de que entre en la Máquina del Pasado y haga algo histórico. Tengo 10 ideas en mente, pero aún no lo he decidido.


En su última entrevista con EL PAÍS, usted decía que las redes sociales han dinamitado la democracia. Tras escribir la biografía del dueño Twitter/X, ¿sigue pensando lo mismo?

Sí, creo que los algoritmos de las redes sociales tienden a dividirnos, a jugar con nuestros enfados y resentimientos en lugar de acercarnos y unirnos. Eso es un problema para la democracia. No se trata solo de la gente que dice cosas raras. Como dijo Musk, queremos libertad de expresión, pero no necesariamente libertad de alcance, es decir, no queremos amplificar cosas que nos dividan. Eso es difícil en la era digital. Trabajé en la CNN y me di cuenta de que el conflicto y enfurecer a la gente llegaba a más espectadores. Y eso es cierto en Internet y en la radio. Nuestra tecnología actual tiende a dividir más que a unir. Creo que podemos arreglarlo, pero el modelo de negocio en este momento es tratar de mantener la atención de la gente y mantenerlos enganchados a menudo significa mantenerlos enrabietados.

Elon Musk se presenta como un absolutista de la libertad de expresión, pero acepta la censura de los gobiernos totalitarios. ¿Cómo explica esta contradicción?

Él ha dicho que cree en la libertad de expresión hasta el límite de lo que permite la ley. En los distintos países, la ley permite cosas diferentes. En Estados Unidos tenemos la Primera Enmienda y hay un abanico más amplio de libertad de expresión. En Alemania, hay ciertas cosas que no están tan permitidas, como la negación del Holocausto. En China, la libertad de expresión está muy limitada. Él dice que cumplirá la ley. Hay momentos en que creo que es hipócrita, cuando habla de libertad de expresión, pero se enfada y trata de herir o cortar el paso a personas que han amenazado con boicotear a anunciantes en Twitter, o al prohibir el acceso a personas que publicaban por dónde volaba su avión.

Como experiodista, antiguo director de la revista Time y presidente de la CNN, ¿qué opina de los medios de comunicación en la actualidad?

Los medios de comunicación se han vuelto demasiado dependientes de la publicidad, lo que hace que persigan los clics y enganchar a la gente. En el futuro, cuando la inteligencia artificial necesite buenos datos, se valorará más la información de calidad, es decir, el tipo de cosas por las que ahora paga la gente. Ahora vemos gente que se suscribe a The Wall Street Journal, a The Washington Post o a The New York Times. Pero de momento, si quieres contenidos de un sitio que cobra, normalmente tienes que suscribirte. No puedes comprar solo un artículo del New York Times y no pasa nada: la gente está suscrita a varios periódicos. Pero luego te metes en el periódico de Mineápolis o en el de Nueva Orleans y quieres un artículo y no vas a suscribirte. Lo que Musk está tratando de hacer con X es convertirlo en una plataforma de pago, lo que permitirá a los creadores de contenido cobrar si la gente solo decide pagar 1 o 2 dólares por un artículo suelto, un poema, una columna de opinión o un vídeo, como hizo Steve Jobs con la música, cobrando 99 centavos por canción. Eso puede transformar el periodismo.

¿Cree que Donald Trump es un riesgo para la democracia?

Sí, creo que intentó anular las últimas elecciones, que fue mucho más allá de solo impugnar los resultados en los tribunales, y luego animó a la gente, desde el vicepresidente Mike Pence hasta los funcionarios del estado de Georgia, a hacer cosas que socavan la esencia de la democracia, que es una transferencia pacífica del poder en función de los votos.

¿Entiende que alguien que ha sido cuatro veces imputado con docenas de cargos esté liderando las encuestas republicanas?

Es problemático que un gran segmento del Partido Republicano haya abrazado a esta persona. Elon Musk llama a Trump estafador. Creo que es parte de un patrón que estamos viendo en todo el mundo, ya sea con Orban en Hungría, Marine LePen en Francia y en muchos lugares donde hay un tipo de derecha autoritaria, populista. Es importante entender qué es lo que causa este resentimiento. El libre comercio y la globalización hicieron ganar mucho dinero a mucha gente, pero dejaron a otras personas atrás y resentidas. La inmigración podemos pensar que es buena, pero también amenaza el sustento de alguna gente. La desigualdad de la riqueza, las injusticias del sistema, la élite que mira por encima del hombro o intenta imponernos las cosas al resto…

Joe Biden ganó las elecciones diciendo que quería unir al país, pero la polarización ha aumentado. ¿Hay algún remedio?

Sigo pensando que la fiebre puede bajar, pero que Joe Biden no será una figura unificadora. La gente tiene que sentir que el sistema es justo y va a llevar un tiempo restablecer eso porque la gente siente que el sistema estaba amañado en su contra después de la crisis financiera de 2008 y otras cosas. Hay algo de verdad: el sistema estaba amañado contra el ciudadano de a pie, así que la gente que cree en la democracia tiene que encontrar formas de restaurar la confianza. Hemos visto oleadas de populismo antes y creo que la fiebre podría bajar en algún momento, pero sería útil que se abriera paso una nueva generación de líderes no tan polarizados como Donald Trump. En muchos lugares de Estados Unidos, incluida mi Nueva Orleans natal, la gente está por encima de la política y se preocupa de crear una nueva economía, de ayudar a los emprendedores. Hay ciudades creativas en todo el país donde no hay tanta polarización.

¿Cree que cuando se habla de guerra civil es una exageración?

Sí. Soy historiador, así que puedo recordar los últimos años de la década de 1960, cuando no había una guerra civil, pero sí mucha agitación civil en nuestras calles, ya fuera por los disturbios raciales o por los disturbios de la guerra de Vietnam. Y puedo recordar la década de 1950, acabamos de ver la película Oppenheimer y cómo hubo un fervor fuera de control. Y, por supuesto, la verdadera Guerra Civil, que fue el conflicto más sangriento de la historia de nuestra nación. Así que no nos veo en una guerra civil todavía. Soy optimista y creo que el 70% de este país puede estar de acuerdo en el 70% de las cuestiones y totalmente de acuerdo en el hecho de que queremos mantener una democracia constitucional.
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