Sábio, imaginativo, desordenado e muito cordial, J. R. R. Tolkien continua sendo um grande desconhecido, oculto pela polaridade universal de sua obra, apesar de entesourar uma vida rica em desditas, dificuldades, alegrias e criações. Nuria Azancot para El Cultural:
Autorretrato
En una de las escasas entrevistas que concedió, Tolkien
se definió así: "En realidad , soy un hobbit en todo menos en el
tamaño. Me gustan los jardines, los árboles y las tierras de labor no
mecanizadas, fumo en pipa, y me gustan los alimentos buenos y sencillos
(sin congelar), pero detesto la cocina francesa. Me encantan las setas,
tengo un sentido del humor muy simple (que incluso los que más me
aprecian encuentran pesado). Me acuesto tarde y me levanto tarde,
siempre que es posible".
Edith
Huérfano
de padre desde los cuatro años y de madre desde los doce, el padre
Francis Xavier Morgan se convirtió en tutor de los hermanos Tolkien
(J.R.R. y Hilary) , sufragando en el futuro su mantenimiento. Tras
enviarlos a vivir con una pariente, acabó instalándolos en 1908 en unas
habitaciones privadas. En la planta de abajo vivía otra huérfana, Edith
Mary Bratt, que se hizo amiga de los muchachos hasta convertirse en 1909
en el primer y único amor del futuro escritor. Aunque el padre Morgan
les prohibió verse y ella se comprometió con otro y tuvo que hacerse
católica, finalmente se casaron el 22 de marzo de 1916. Solo la muerte
pudo separarles.
Edith Tolkien en 1916
Oxford
A principios de 1909 se examinó para obtener una beca para la Universidad de Oxford,
pero fracasó. Repitió el siguiente año y logró no la beca completa sino
una parcial (exhibition) de 70 libras anuales para Exeter College. En
1911 comenzó sus estudios de clásicas, y se licenció en 1915 con
matrícula de honor en Lengua inglesa, en la modalidad de Lingüística
inglesa y literatura hasta Chaucer. Tras convertirse en profesor de la
Universidad de Leeds en 1920, regresó a Oxford como catedrático de
anglosajón en el Pembroke College. Allí escribió El Hobbit
y los dos primeros volúmenes de El Señor de los Anillos. Tras vivir en
cinco casas distintas (hoy existe una Ruta Tolkien en Oxford que las
visita), se jubiló en 1959.
Política
De
talante conservador y profundamente católico, al conocer los desmanes
republicanos contra el clero el sabio de Oxford apoyó al bando rebelde
en la guerra civil española, si bien hostil frente al nazismo,
despreciaba el fascismo, y consideraba a Stalin como un "viejo asesino
sediento de sangre". Contrario al urbanismo que sacrificaba el mundo
rural en nombre del progreso, fue también un ecologista convencido que
amaba la artesanía, y un enemigo de las guerras antes de que estas
actitudes se popularizaran.
Religión
Mabel
Suffield, la madre de Tolkien, que pertenecía a una familia fervorosa
protestante, se convirtió al catolicismo en 1900, cuatro años después de
enviudar, y se hizo cargo de la educación religiosa de sus hijos. Sin
embargo, ni los Suffield ni los Tolkien lo aceptaron: le retiraron el
esencial apoyo económico y le dieron la espalda. Fue entonces cuando
designó al padre Francis Xavier Morgan, un sacerdote católico de origen
español, miembro de una acaudalada familia de bodegueros de Jerez, como
futuro tutor de sus hijos. Tolkien fue siempre un católico devoto, al
punto de describir El Señor de los Anillos como una "obra
fundamentalmente religiosa y católica".
C. S. Lewis
"Un gran hombre, pero parsimonioso y falto de método". Así describía al autor de El Hobbit su mejor amigo, Clive Staples Lewis,
erudito, filólogo y escritor como él. Se conocieron en Oxford en 1926 y
pronto comprendieron que compartían el mismo mundo intelectual y
emocional. C. S. Lewis enseñaba literatura inglesa medieval y
renacentista y juntos formaron primero una sociedad informal, los
Coalbiters, y más tarde el grupo literario los Inklings, que se reunía
en las habitaciones de Lewis en la universidad y en un pub de Oxford,
The Eagle and the Child, donde leyó Tolkien por primera vez El Señor de
los Anillos, y Lewis habló de Narnia.
Íntimos amigos, solo se distanciaron un tiempo tras la conversión de C.
S. al anglicismo, en 1929, pues era antipapista, aunque aceptaba la
Eucaristía y la confesión.
C.S. Lewis
Tabaco
Sempiterno
fumador en pipa, vicioso placer que compartía con los otros conjurados
del grupo de los Inklings y con casi todos sus grandes personajes, desde
Gandalf el Gris a los hobbits, para quienes el fumar se consideraba
como un "arte". Al morir, J. R. R. dejó una veintena de pipas; sus seis
favoritas se exhiben hoy en su despacho de la universidad y el resto las
conservaba su hijo Christopher (1924-2020), también fumador.
Mitología
Apasionado
lector de las sagas noruegas (especialmente de la Edda Mayor y la Edda
Menor, fuentes de la mitología islandesa), la primera obra que dio fama
internacional a Tolkien fue su versión definitiva de Sir Gawain y el
Caballero Verde, parte del ciclo artúrico. También serían célebres sus
escritos y seminarios sobre Beowulf. De hecho, solía decir que el
propósito de El Señor de los Anillos era regalar a su país una nueva
mitología basada, en su mayor parte, en las culturas y leyendas de los
pueblos del centro y el norte de Europa.
Lenguas
Muy
dotado para los idiomas, siendo adolescente Tolkien descubrió la
filología y la lingüística y quedó fascinado por la sonoridad y cadencia
de las palabras, del anglosajón al islandés arcaico, el inglés medieval
o el galés. De ahí a inventarse, con sus primas Marie y Marjorie, un
idioma secreto, el Animático, solo había un paso. Luego vendrían el
Nevbosch, mezcla de latín, francés e inglés, y el Naffarin, inspirado en
el español. En realidad, llegó a crear hasta quince idiomas, con sus
gramáticas y sintaxis, apoyándose en lenguas clásicas como el inglés
antiguo, galés medieval, nórdico primitivo y dialectos escandinavos. Por
eso, en El Señor de los Anillos sus personajes hablan lenguas élficas,
basadas en los alfabetos tengwar y rúnico, como el Quenya, el Sindarin o
el Adunaico.
Dinero
Quizá
por las penurias del pasado, si algo obsesionaba al escritor era el
dinero, o mejor dicho, su ausencia, incluso cuando el éxito de su obra
le convirtió en millonario (aunque hizo importantes donaciones
anónimas). Su sueldo como profesor de Oxford era alto, pero tenía una
casa grande, sirvientes y una familia numerosa. De ahí que redondeara
sus ingresos publicando libros y artículos y trabajando incluso en
verano, corrigiendo los exámenes que hacían los estudiantes de escuelas
secundarias que deseaban ser admitidos en Oxford. También hacía exámenes
en otras universidades, lo que le obligaba a viajar por toda
Inglaterra. Lo dejó tras la Segunda Guerra Mundial,
pero siempre recordaría como "una agonía" esos trabajos "humildes y mal
pagados". Sin embargo, en una de esas páginas de exámenes que un alumno
había dejado en blanco, escribió: "En un agujero en el suelo, vivía un
hobbit", sin sospechar lo que vendría después.
Guerra
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial,
Tolkien decidió permanecer en Oxford para acabar sus estudios, aunque
finalmente en 1915 se alistó. Nombrado segundo teniente provisional,
especializado en señales (transmisiones) gracias a su facilidad con los
idiomas, llegó a Francia en 1916 pero el 27 de octubre, en plena batalla
del Somme, enfermó de la "fiebre de las trincheras", y fue trasladado a
Inglaterra el 8 de noviembre. Su experiencia en el frente fue
traumática, no solo por lo visto y vivido, sino porque murieron casi
todos sus amigos, aunque descubrió la lealtad y valor de los soldados,
en los que se inspiró para crear a los hobbits.
La Comarca
Una
de las etapas más felices del escritor fue su infancia en
Worcestershire, que era para él "de una forma indefinible mi casa, más
que cualquier otra parte del mundo". Años más tarde, se inspiraría en el
paisaje de esa zona para crear la Comarca, donde viven los hobbits, con
costumbres muy similares a las del mundo rural inglés. La Comarca
aparece en El Hobbit y en El Señor de los Anillos y está en el noroeste
de la Tierra Media, uno de los continentes del mundo ficticio de Arda
donde trascurre la mayor parte del legendarium de Tolkien.
Colinas Malvern
Palabra
En
un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía un
hidalgo de los de lanza en astillero, adue carnero, salpicón las más
noches, duelos y qo a nuestro cuendad. Es, pues, de saber que este
sobredicho hidalgo, los ratos que estaba hidalgotra grandeza.
Postado há 3 weeks ago por Orlando Tambosi
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