Em artigo publicado pelo Instituto Cato, Gabriel Calderón de Burgos afirma que o sonho de uma moeda comum dos Brics é um objetivo improvável:
En
agosto se realizó en Sudáfrica la cumbre de los BRICS y se renovaron
los titulares acerca de un nuevo orden mundial y el tan anunciado fin
del reino del dólar. Recordemos que el acrónimo —que significa Brasil,
Rusia, India, China y Sudáfrica— fue creado por un economista de Goldman Sachs en 2001. El optimismo en torno a estas economías se puso de moda y hasta crearon un banco de desarrollo en 2014.
El
Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS (NBD BRICS), domiciliado en un
lujoso rascacielos en Shanghái, se suponía que debía disminuir la
dependencia de las economías en desarrollo del financiamiento en dólares
y la influencia de Occidente, conforme incrementaba la de China. ¿Cómo
va ese proyecto?
En junio el Wall Street Journal
reportó que el NBD BRICS ha dejado de conceder préstamos y “lucha por
su propia supervivencia, amenazada por su propia dependencia de la
moneda estadounidense”. Aquel reportaje explica que luego de
establecerse en 2015 en Shanghái con un capital inicial de $10.000
millones aportado por los cinco miembros fundadores, el banco se topó
con la dificultad de conseguir el resto del capital en los bancos y
mercados de capitales chinos. Entonces, empezó a tomar miles de millones
de préstamos en dólares de inversores institucionales de Wall Street y
bancos estatales chinos. Si bien algunos de esos préstamos estaban
denominados en yuan, alrededor de dos tercios estaban en dólares
estadounidenses.
A
partir de 2017, los préstamos del banco crecieron con vigor: pasando de
apenas $1.000 millones en 2017 hasta llegar a $30.000 millones a
principios del año pasado. Las cosas se complicaron significativamente
para el banco una vez que Rusia invadió Ucrania. Los inversores temieron
invertir en un banco cuyo 40% es propiedad de China y Rusia y el
interés para obtener fondos se cuadruplicó para el NBD. China no parece
tener interés en inyectarle capital debido a la ralentización del
crecimiento de su economía.
Sobre el supuesto fin del patrón dólar, la moneda común de los BRICS sigue siendo un sueño de ilusos. Si bien el porcentaje de reservas mundiales en dólares
ha caído de 70% a 60% durante la última década, esto está todavía muy
por encima de la segunda moneda, el euro (20%) y en tercer y cuarto
lugar se ubican el yen y la libra británica. Tan solo un 2,6% de las
reservas están en yuan. Además, según una estimación, un 88% de las transacciones internacionales se realizan con dólares, 31% con euros y solo un 7% con yuanes (dado que una transacción puede involucrar dos monedas, el total puede superar el 100%).[4]
Si bien China tiene el tamaño económico y un poder militar que puede
rivalizar a Estados Unidos, el economista Tyler Cowen señala que su
insistencia en mantener sus mercados de capitales cerrados hacen que el
yuan no sea un competidor fuerte para reemplazar al dólar como moneda de
reserva mundial. Estados Unidos, en cambio, continúa teniendo los
mercados financieros más profundos y líquidos del mundo.
Aquello
de reemplazar al dólar con una moneda común o con otra como el yuan y
aquello de sustituir a los multilaterales tradicionales —cuando incluso
tienen conflictos entre los miembros fundadores— no constituyen más que
pavoneos por parte de un grupo disímil de democracias, autocracias,
monarquías.
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 8 de agosto de 2023.
Postado há 3 weeks ago por Orlando Tambosi
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