Esquerdistas
e social-democratas em geral tendem a venerar o "Estado de Bem-Estar"
dos países nórdicos, que torram 45 por cento do PIB. Esses países, que
os socialistas consideram seu último refúgio - a utópica "terceira via" -
estão longe de ser um exemplo de administração. E socialistas é que não
são. Artigo da economista colombiana Vanesa Vallejo:
Incontables
veces quienes defendemos el “capitalismo salvaje” nos encontramos con
socialdemócratas e izquierdistas que aseguran tener la prueba de que la
clave para el desarrollo económico y la prosperidad es un gran Estado de bienestar.
Los países nórdicos, con un gasto estatal que supera el 45 % del PIB,
parecen ser el último refugio de socialistas y defensores de la “tercera
vía”.
Y es que
claro, si se trata de ver solo lo que nos conviene los países nórdicos
tienen ciertos datos que parecieran, a primera vista, darle la razón a
los defensores del Estado de bienestar. Con un gasto estatal enorme, son
el ejemplo perfecto para los socialistas.
Gasto estatal como proporción del PIB en los países nórdicos:
Suecia: 51,1 %
Dinamarca: 56,1 %
Islandia: 44,3 %
Noruega: 45,3 %
Finlandia: 58 %
Les
queda fácil a muchos decir que la clave para ser prósperos es tener un
gasto estatal de alrededor del 50 % del PIB o incluso más.
Pero,
además, los impuestos de estos países son bastante elevados. Si
analizamos el Índice de Libertad Económica 2017 de la Fundación
Heritage, que compara los resultados de 178 economías, en lo
correspondiente a “carga impositiva”, encontramos que los nórdicos
ocupan puestos bastante malos, su carga impositiva es elevada, como le
encanta a la izquierda.
Carga Impositiva
Dinamarca Puesto 181
Suecia Puesto 179
Noruega Puesto 172
Finlandia Puesto 152
Islandia Puesto 136
Pero, ¿nos indican estos datos que los países nórdicos son socialistas? ¡Claro que no! La clave está en “hilar fino”.
Lo
primero que hay que decirle a quienes utilizan amañadamente estos datos
para defender sus ideas izquierdistas es que los nórdicos están en los
primeros lugares cuando se mide la libertad económica.
Es decir, están entre los modelos económicos que más se acercan a lo
que los liberales quisiéramos. Dinamarca está en el puesto 18, Islandia
en el puesto 22, Suecia en el 19, Noruega 25 y Finlandia en el puesto
24. Esto entre 178 países.
Este
dato ya de entrada debería hacer que la gente se abstuviera de tildar de
socialistas a los nórdicos. ¿Cómo que socialistas si están entre los
países con mayor libertad económica del mundo?
Pero es
que, además, cuando analizamos a fondo la carga impositiva y el gasto
estatal del que tanto habla la izquierda nos damos cuenta de que los
países nórdicos son bien particulares y que aún en esos aspectos en los
que parecen ser tan estatistas comprenden la importancia del capitalismo
y del sector privado.
La carga
impositiva en estos países es elevada, es cierto. Pero son impuestos
regresivos. Eso quiere decir que han entendido que esa idea de “quitarle
a los ricos para darle a los pobres” es nefasta. Sus impuestos son
bajos para las empresas y altos para las personas. Premian la
innovación, el emprendimiento y la creación de trabajo.
Y luego,
si miramos en detalle el asunto del elevado gasto fiscal, desde luego
nos enfrentaremos a cifras que pueden confundir en un principio. Sanidad
y educación públicas y gratuitas, datos que son un manjar para la
izquierda que saca pecho diciendo que en Finlandia todas las escuelas
son públicas y siempre ocupan los primeros lugares en las pruebas
internacionales.
¡Hemos encontrado un sistema de planificación estatal centralizada que funciona!
No, nada
de eso. Qué tan pública es una escuela en la que el rector puede
despedir a los maestros cuando quiera si así lo considera conveniente.
Qué tan pública es una escuela en la que los directivos pueden decidir
si se enfocan en matemáticas, en arte o en lo que quieran y solo deben
cumplir un currículo mínimo y, finalmente, qué tan pública es una
escuela en la que se deja de recibir financiamiento si no se consigue un
número mínimo de alumnos matriculados.
Sí, los
fondos con los que se financia esa escuela son públicos, pero debe
funcionar tal y como lo haría un colegio privado. Lo mismo sucede en
Suecia y en Noruega donde el subsidio no es a la oferta sino a la
demanda. De modo que si una escuela no recibe suficientes alumnos para
mantenerse, tiene que cerrar. Es decir, son sistemas educativos en los
que no se elimina la competencia, los padres llevarán a sus hijos solo a
las buenas escuelas, las malas quebrarán.
Lo que sucede con los colegios públicos
en Colombia, por poner un ejemplo, es muy diferente. Las escuelas
pueden ser las peores, como efectivamente lo son, y siguen obteniendo
financiación. A los padres se los obliga a pagar por escuela pésimas.
Entonces,
izquierda del mundo que quiere presentar a los países nórdicos como
socialistas: ¡vamos, sigamos su ejemplo! si vamos a poner impuestos por
favor que sea a las personas, a las empresas no las molestemos porque
son las que generan riqueza. Y si quieren un sistema de salud y de
educación públicos entonces subsidiemos la demanda y no la oferta, y
hagamos que los prestadores de servicio compitan y se ganen su dinero
trabajando arduamente y no con la confianza que implica saber que se
tiene al cliente asegurado.
Por
último, el punto clave del asunto es que no es por su elevado gasto
estatal y carga impositiva que estos países son prósperos, es porque en
aquella parte de la economía en la que no se mete el Estado son tan libres que generan una extraordinaria ganancia que da para mantener ciertos derroches.
La idea
de que no se sale de la pobreza con un gran Estado de bienestar da para
otro artículo completo, pero solo para dar algunas cifras recordemos que
es apenas hasta la década de los 70 que empezamos a ver en diferentes
países un gasto estatal que ronda el 40 % o más del PIB.
El gran
Estado de bienestar de los países nórdicos no es como lo pintan pero,
sobre todo, no es la causa de su riqueza, es el derroche que se pueden
permitir después de haberse hecho ricos con el liberalismo económico. (PanAm Post).
BLOG ORLANDO TAMBOSI
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